70% de muertes por la COVID-19 en Perú eran adultos mayores

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La primera ministra Violeta Bermúdez explicó que estas cifras actualizadas, si bien “nos causan un profundo dolor”, son producto de una labor exhaustiva y “serán de gran utilidad para monitorear la pandemia y tomar las medidas más adecuadas”. Foto: web

El grupo de trabajo técnico (GTT) creado por el Ejecutivo para actualizar la cifra de fallecidos por la COVID-19 presentó ayer un informe para esclarecer el impacto de la pandemia.

En ese sentido, se constató que hubo 180.764 muertos por el virus entre el 1 de marzo del 2020 y el 22 de mayo último.

El comité fue constituido en abril y conformado por especialistas de la sociedad civil, miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y de funcionarios del sector Salud y la PCM.

Hacia la cifra actual

El grupo de trabajo propuso que el reporte de fallecidos por la pandemia se elabore bajo la definición de caso “muerte por COVID-19”, y así cumplir al menos uno de siete criterios técnicos establecidos.

Tras la vinculación de registros y la eliminación de duplicados, como se señala en el informe, se identificaron 180.764 muertes por la COVID-19. De ese total, 89.884 ocurrieron durante la primera ola, y 90.880 en la segunda ola.

Asimismo, el 70% de las víctimas eran adultos mayores (de 60 años a más).

Según los reportes, 83.121 fallecimientos corresponden a Lima (46%); le siguieron Piura (6%), Callao (5,2%), La Libertad (5,1%), Lambayeque (4,2%), Ica (4,1%), Arequipa (3,9%), Áncash y Junín (3,3%).

El ministro de Salud, Óscar Ugarte, explicó que el Estado “asumirá las recomendaciones planteadas”, lo que incluye oficializar la cifra actualizada e implementar la metodología propuesta de los nuevos criterios con una resolución ministerial.

Desfase y criterios

Según el informe, el GTT identificó que el Estado tenía dos sistemas de información para el registro de fallecidos.

Uno de ellos es el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (NOTI), que recoge datos de las oficinas de Epidemiología de cada establecimiento de salud.

El otro es el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), donde se registran los certificados de defunción por toda causa.

No obstante, en ambos se evidenció que los reportes se veían afectados por limitaciones del personal de salud, un número elevado de defunciones “en momentos de mayor actividad de la pandemia”, y demoras en resultados de exámenes.

Fuente: El comercio