El parto respetado es la forma de atención que se enfoca en brindar autonomía, respeto y privacidad a la mujer y al bebé en el proceso. Usualmente, usan los términos parto respetado y parto humanizado como intercambiables, pero la ginecóloga y obstetra Magdalena Suleiman explicó los diferentes enfoques entre estos conceptos. 

El parto respetado es la práctica donde se garantiza el derecho a la información, a decidir libremente y los deseos de la mujer durante el embarazo. Esto incluye respetar los derechos del bebé, el cumplimiento de las normas y la prevención de la violencia obstétrica, buscando un trato digno y seguro. El parto humanizado prioriza la experiencia emocional y psicológica de la mujer y su familia durante el parto, promoviendo su protagonismo en el parto, y que sea lo más natural y cómodo posible.

“Los dos tienen un fin común, que es hacer de un parto, una experiencia positiva para la paciente, de recibir una atención de calidad, de recibir una atención donde se respete su autonomía, donde se cree un buen ambiente para el apoyo emocional de la parturienta”, afirmó en una entrevista para el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias.

La especialista también explicó que para que exista un parto respetado, se tienen que cumplir ciertas características como el respeto y la privacidad hacia la mujer, el consentimiento informado sobre cualquier procedimiento, permitir el apego precoz entre la mamá y el bebé, que ella tome las decisiones sobre su cuerpo y evitar las intervenciones médicas innecesarias.

Sin embargo, cuando estas condiciones no se respetan, puede ocurrir la violencia obstétrica.

La médico Magdalena Suleiman explicó que la violencia obstétrica se basa en cualquier acción u omisión de parte del personal de salud que pueda poner en riesgo o afecte de manera psicológica o física durante el embarazo, parto o puerperio.

En Venezuela, la primera regulación de la violencia obstétrica fue en el año 2007 en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia la que reconoce como una de las formas de violencia que se pueden sufrir.

Suleiman resaltó que la falta de formación en violencia obstétrica y la carencia de condiciones favorables en los centros de atención médica, contribuye a que el personal incurra con mayor facilidad en el maltrato obstétrico.

El respeto a la decisión

La ginecóloga enfatizó en el derecho que tienen las pacientes a preguntar, recibir información y decidir sobre su embarazo y parto.

“La clave de porqué hablamos de parto respetado y violencia obstétrica es porque podemos inferir en las tasas de mortalidad materna, en disminuir las tasas. Las mujeres que sienten miedo a esa mala atención, la buscan más tardíamente”, señaló.

Según la Organización Mundial de la Salud, en el 2023, la mortalidad materna a nivel global alcanzó las más de 700 muertes diarias por causas prevenibles vinculadas al embarazo y el parto.

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