La violencia fue once veces más letal que el Coronavirus en Venezuela

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Referencial

No solo es un decir. Es la pura realidad. La violencia en Venezuela durante este año 2020 fue más letal que la pandemia del Coronavirus. Así lo reflejan los datos que compartió el Observatorio Venezolano de Violencia en la presentación de su informe anual, este martes 29 de dicimbre.

En concreto, y con una entrada extremadamente desalentadora, 11.891 personas murieron por causas atribuibles a hechos de violencia, lo que representa una tasa de 45,6 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, muy por encima de cualquiera de los otros países considerados violentos en América Latina.

Esta estadística, dice el informe, es 11 veces más letal que las muertes registradas en el país por la COVID-19. De hecho, según los reportes oficiales, en Venezuela se registran hasta la fecha 1.018 muertes por la nueva enfermedad.

Destaca también el trabajo de investigación que por primera vez en la historia venezolana la letalidad policial, o muertes atribuibles a cuerpos de seguridad, es superior al número de muertes a manos de bandas delincuenciales.

Pero estos números no pueden mirarse con la lupa de la frialdad sociológica. Por eso, Roberto Briceño León, director del OVV, apunta que la reconfiguración del mapa de la violencia en Venezuela debió hacerse desde la destrucción de la economía, el socavamiento de las relaciones sociales basadas en normas y la pérdida del valor social del trabajo que ya existía en la sociedad.

Dicho de otro modo, para el especialista en ciencias sociales las nuevas dinámicas de la violencia en el país tienen que ver con el posicionamiento, dominio y control de grupos ligados al poder político que se han convertido a su vez en maquinarias de criminalidad para poder sostenerse, amparados sí por la reinante impunidad.

Datos de la violencia ciminal

En 2020 ocurrieron 4.153 homicidios cometidos por los delincuentes, para una tasa de 15,9 víctimas por cada cien mil habitantes.

Se contabilizaron 4.231 muertes catalogadas por las autoridades como resistencia a la autoridad, las cuales fueron homicidios cometidos por los cuerpos de seguridad del Estado, por un uso excesivo de la fuerza o mediante ejecuciones extrajudiciales, con una tasa de 16,2 víctimas por cada cien mil habitantes.

El observatorio también pudo estimar que hubo al menos 3.507 muertes de intencionalidad indeterminada, registradas oficialmente como  averiguaciones de muerte, y que son consideradas como homicidios que permanecen sin aclarar y muchas veces sin investigar, y cuya tasa estimada es de 13,4 víctimas por cada cien mil habitantes.

Los resultados muestran una importante disminución en el número y en la tasa de muertes violentas en comparación con el año 2019.

En los homicidios cometidos por delincuentes el descenso fue del 37%, lo cual muestra la reducción de oportunidades para el crimen violento.

La pandemia y la cuarentena han conllevado una reducción de las actividades de la criminalidad de las pequeñas bandas y un incremento de las bandas de crimen organizado.

Ha ocurrido también un desplazamiento del contexto de la violencia, pues disminuye la violencia en los espacios lejanos y ajenos, y se incrementa en los cercanos y familiares.

La contracción en las averiguaciones de muerte fue del 24%. Esta categoría sigue siendo una zona oscura en los anales de la criminalidad del país, y es posible un mayor subregistro por la falta de transparencia.

Es posible estimar un incremento de las desapariciones como práctica de ocultamiento del crimen, tanto en zonas periurbanas como en los espacios rurales y selváticos, convertidos en territorios sin control.

Aun así, esta categoría representa el 30% de los casos de muertes violentas, un porcentaje muy por encima de los estándares internacionales sobre el porcentaje de muerte de causa indeterminada considerados aceptables.

Y finalmente, en resistencia a la autoridad del 20%, siendo la menor de todas las reducciones del año 2020.

La letalidad policial se sostuvo como práctica en todo el territorio nacional, mostrándose una diversidad en los lugares de ocurrencia y en los organismos oficiales ejecutores.

Este año, y por primera vez en la historia, las muertes ocasionadas por los cuerpos policiales y catalogadas como resistencia a la autoridad son superiores, en términos absolutos y en las tasas, a los asesinatos que cometieron los delincuentes.

Otros aspectos como el aumento de la letalidad policial y militar, las mutaciones de la sociedad, la violencia y el crimen, y la demografía y la geografía de la violencia, los abordaremos en próximas entregas.

Fuente: Observatorio Venezolano de Violencia/informe anual 2020