Quedan pocos días para el inicio del año escolar, un proceso que genera mucha emoción y expectativa para muchos estudiantes. Sin embargo, para otros, el inicio de clases significa retomar un proceso difícil al ser víctimas de acoso escolar.

El psicólogo y miembro de Cecodap, Abel Saraiba, explicó que del acoso escolar hay que hablar y no ocultarlo, porque ocurre en todos los colegios independientemente del lugar económico, raza o ubicación geográfica.

Indicó que para reducir este problema debe haber trabajos de integración en las aulas y de vínculo, además de que se debe promover dinámicas de confianza donde los estudiantes valoren las virtudes de sus compañeros.

“El acoso escolar es quizá uno de los grandes problemas que afecta a la niñez en Venezuela y el mundo. Si queremos tener una mejor una mejor sociedad no podemos dejar de mirar lo que está pasando en las aulas, porque allí reside un buen núcleo de lo que será la dolencia y las perturbaciones mentales de quienes mañana tendrán en sus manos el destino del mundo”, sostuvo en entrevista para el programa Punto y Seguimos de Radio Fe y Alegría Noticias.

Tipos de acoso escolar

Saraiba explicó que aparte de los actos de violencia o insultos, también se hace acoso escolar a través de redes sociales y se práctica exclusión para que, por ejemplo, un niño no participe en actividades y no tenga con quién compartir temas de interés.

Explicó que el acoso escolar se diferencia de una “broma” porque cuando se acosa no necesariamente las personas son amigos y cuando la víctima pide que se detenga el acoso, esto no se hace.

Destacó que es importante no presionar ni revictimizar a los niños que son víctimas de acoso. “Esa lógica de presionar al chamo y decirle que si lo vuelven a agredir en el colegio tú lo vas a castigar o va ser peor la consecuencia es algo que hay que evitar porque entonces ni siquiera la casa es un espacio seguro”, declaró.

En el caso de los victimarios, el psicólogo recomendó conversar, entender y buscar ayuda psicológica. “Cuesta tanto que las familias asuman que sus hijos son quienes agreden porque nos habla de un reflejo de la vida familiar. Nos obliga a ver cómo estamos viviendo, si hay violencia de género, si hay violencia en la dinámica familiar, como son nuestros tratos en la crianza”, puntualizó.

Señaló que hay que dejar de romantizar la violencia y repetir frases como que “el chalequeo forma el carácter” o el “chalequeo forma parte de nuestra identidad”.

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