Abuela de Guárico pide ayuda: techo de casa cedió por lluvias

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Esta abuela se encuentra durmiendo en una mecedora por el temor que el techo siga cediendo y pueda caerle encima/ Foto: Xiomara López

Carmen Pérez, de 81 años de edad, está en situación de riesgo. A su vivienda se le cayó el techo de su habitación producto de las últimas lluvias caídas en San Juan de los Morros estado Guárico.

Esta abuelita vive sola, en la calle Lazo Martin N° 20 de la capital guariqueña. El techo de su casa y las tejas se han ido deteriorando en las últimas semana.

“El problema de la vivienda es la reparación de un techo, porque las lluvias que han ocurrido han caído en el techo de mi cuarto donde duermo y no tengo ayuda familiar de ningún lado. Necesito ayuda, aunque sea con el techo y de una pintura porque están totalmente deteriorada las paredes”, dijo.

Pérez agradeció a Dios por no haber estado en la habitación de su cuarto cuando el techo se cayó en el último aguacero caído en la ciudad.

“Con las lluvias del últimas aguacero se me desplomó el techo y gracias que no estaba durmiendo ahí, porque eran las 10:00 de la noche. Yo no me había acostado; yo me duermo tarde porque tengo que dormir en una mecedora porque no puedo tener las piernas colgando, sino colocarlas en algo alto por el problema de circulación. Y si yo hubiese estado acostada ahí eso me hubiese caído encima”, relató.

El techo sigue cediendo a medida que siga lloviendo en la zona / Foto: Xiomara López

La abuela señaló que cuando lleve fuerte el agua ingresa por el techo roto y se le inunda toda la casa. “Desde el cuarto del depósito, donde hay algunos corotos fuera de uso, hasta la cocina”, explicó.

Pérez también informó que presenta problemas de salud, por lo que tiene que tomar algunos medicamentos de por vida y que muchas veces no puede comprarlo.

“Soy diabética. El año antepasado me dio un infarto y tengo un tratamiento de por vida que cumplir. A veces lo puedo comprar, a veces no. Porque yo no tengo ayuda sino la del seguro social, la pensión y la jubilación de mi trabajo como educadora», dijo.

Esta abuela dedicó años a la educación, de donde salió jubilada y en la actualidad vive de la pensión y en compañía de dos perros, los cuales se llaman Coquito y Coquita, quienes la cuidan y evitan que algún animal rastrero ingrese a la casa.

Ella pide que algún ente regional o nacional las apoye con su hogar, ya que es lo único que tiene para vivir el resto de vida que le queda.

En esta mecedora y en compañia de sus perros esta abuela pasa las noches esperando que sus ruegos sean escuchados para recuperar su tranquilidad/ Foto: Xiomara López