Juan Navarrete, director adjunto de la Crisis de Refugiados de Amnistía Internacional AIVEN en Colombia, aseguró que no ha habido un esfuerzo auténtico por parte de los estados latinoamericanos para coordinar políticas integrales que gestionen de manera ordenada y segura los flujos migratorios, garantizando así los derechos humanos de los migrantes y refugiados.
“La deuda de los países de América Latina es que no han logrado crear un consenso y una política integral y regional que dé respuesta a la crisis de refugiados”, dijo Navarrete en el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias.
Las autoridades panameñas informaron que, en lo que va del año, un total de 82.360 migrantes han cruzado la selva del Darién, siendo aproximadamente 2.100 de ellos venezolanos.
Navarrete destacó que entre 2014 y 2017, se registró el máximo pico de migración venezolana a nivel mundial, alcanzando la cifra de 7.500.000 migrantes y refugiados venezolanos.
¿Cómo se han movido los flujos migratorios venezolanos?
En el caso específico de Colombia, país que alberga alrededor de 2.600.000 venezolanos, los flujos migratorios inicialmente tenían como destino países del sur como Ecuador, Perú, Chile, Argentina y Bolivia. Sin embargo, a partir de 2021, la dinámica cambió y los migrantes empezaron a dirigirse hacia el norte, atravesando Colombia para continuar su camino.
Navarrete indicó que así como el Páramo de Berlín fue en los inicios de la migración venezolana la ruta para a los países del sur, ahora el Tapón del Darién, selva controlada por grupos organizados al margen de la ley como el Clan del Golfo, es el medio para llegar a los Estados Unidos.
En cuanto a la polémica ley SB4 de Texas, que permite a la policía estatal arrestar a inmigrantes que crucen la frontera de manera ilegal, Navarrete opinó que esta medida impactaría especialmente en México, ya que podría generar movimientos migratorios hacia otras regiones del país o incluso hacia países de Centroamérica.
Sin embargo, resaltó que los venezolanos cuentan con restricciones para la permanencia y regularización en todos los países centroamericanos, lo que dificulta sus posibilidades de integración e inclusión.
Navarrete también explicó que el concepto de migrante no se aplica únicamente al momento en que cruzan la frontera, sino que inicia en el momento en que toman la decisión de emigrar o solicitar refugio en otro país, asumiendo todos los riesgos y peligros que esto conlleva y que a través en las redes sociales se ha construido todo un imaginario y narrativa respecto al trayecto por la peligrosa selva.
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