Aguas negras rodean al sector Saladillo de Maracaibo

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Foto: Archivo.

«Nos mantenemos con las puertas cerradas», dice Maigualida León, quien evita los rayos del sol porque tiene una enfermedad en la piel, por lo que no puede exponerse a los rayos ultravioletas. Ella vive en el sector del Saladillo, Maracaibo, donde tienen más de un mes con el desborde desmesurado de aguas servidas.

«De pronto se seca, como de repente puede botar agua putrefacta», cuenta.

Por su parte, Marianel Molero, quien vive justo en frente de donde pasa el agua podrida, denuncia: «vecinos han desarrollado escabiosis y problemas de estómago».

«No me puedo sentar ni en el frente de mi casa», agrega.

Xiomara Fino, muestra picaduras en sus piernas por la alta exposición a los zancudos: «queremos que por favor nos ayuden a solucionar el problema», suplica.

Cerca de la zona está ubicada la Escuela Básica Nacional Dr. Cristóbal Mendoza, la cual también es arrastrada por la insalubridad que reina en el centro de Maracaibo. Vladimir Serrano, profesor de la intuición, cuenta que ya varias personas se han caído y se han lastimado por la babosidad del agua.

También denunció que los trabajadores de Hidrolago les están obrando 200 dólares por arreglar el problema, que tiene sucumbidos a los habitantes del emblemático casco central.

Otros afectados son los niños de ese centro de educación, quienes cada vez que salen de las aulas, deben inhalar los olores tóxicos de esas aguas verdes y negras. Sabrina Arenas, profesora de educación física, afirmó que cuando los pequeños hacen ejercicio necesitan respirar oxígeno puro, pero que «terminan respirando esta porquería».

Por Nazaret Torres Padrón