Desde que surgió la pandemia de la COVID-19, varios deltanos han quedado afectados laboralmente, debido a que no cuentan con el ingreso económico extra para comprar alimentos y así mantener a sus familias. Su sueldos base no son suficientes para sobrevivir.
Antonio Méndez es uno de ellos. Él vive en la comunidad de Los Cocos, en Tucupita, y aun cuando percibe un salario por el Estado, éste no le alcanza para ayudar a su familia de cuatro personas.
“Eso nos ha afectado, a mi me ha afectado”, admitió.
A pesar de que la coyuntura económica de Venezuela de por sí ya lo vulneraba, el Coronavirus lo ha “hundido más”, lamenta.
Méndez realizaba “mandados” en los bancos, Notarías y Registros. De esta manera generaba un ingreso monetario extra y así lograba comprar “un poco” más de comida. Pero llegó el virus y tuvo que recogerse en casa.
“Ahorita realmente la gente está viviendo de la gracia de Dios”, afirmó.
Antonio Méndez aseguró además que, al igual que otros profesionales universitarios, ha tenido que asumir trabajos que “jamás se imaginó hacer”.