Bolivia ocupa el segundo lugar en pérdidas de bosques primarios como consecuencia de los incendios forestales destinados a la agricultura a escala industrial, según un reporte de Contacto Sur, un informativo internacional que transmite Radio Fe y Alegría Noticias en Venezuela.
Tal afirmación pertenece a un informe del Laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland y Global Forest Watch (GFW) del World Resources Institute. La organización asegura que en el año 2024, la pérdida de bosques primarios se disparó en 200 % en comparación con la gestión 2023, llegando a 1,5 millones de hectáreas perdidas.
Bolivia está viviendo su peor crisis ambiental. El 2024 fue un año trágico, según los registros de GFW, que relata que del total de 1,8 millones de hectáreas perdidas, cerca del 81 % corresponde a bosques primarios.
Con los 1,5 millones perdidos de bosques primarios, Bolivia subió del tercer al segundo lugar solo por detrás de Brasil.
“Por primera vez, desde que llevamos registros, Bolivia se clasificó en segundo lugar, solo detrás de Brasil, en la pérdida de bosques tropicales primarios, superando a la República Democrática del Congo a pesar de tener solo el 40 % de su área forestal”, señala el documento de GFW.
El informe también asevera que la mayoría de los incendios que se generan en los bosques tropicales de Bolivia se provocaron para despejar la tierra con fines agrícolas. Las siembras de caña de azúcar, maíz, sorgo y soya ocupan los primeros lugares de las tierras que queman con fines agrícolas.
Agricultura a escala industrial
“La mayoría de los incendios en las selvas tropicales del país se inician para despejar tierras para la agricultura a escala industrial. También, una parte de las pérdidas del bosque se debe a la actividad ganadera que, según GFW, es responsable del 57% de la deforestación en Bolivia.
De acuerdo con GFW, el Estado boliviano también es responsable debido a que restó importancia a la necesidad de cuidar el medio ambiente, abandonó las políticas de protección y prevención ambiental y disminuyó su capacidad de respuesta ante los incendios forestales.
Además de ello, el Estado también inició con la aplicación de una política de apoyo la expansión de los negocios agropecuarios. Todo ello contribuyó a los incendios.
“A principios de 2024, el Gobierno elevó las cuotas de exportación de soya y carne de res, lo que impulsó los incentivos para la expansión agrícola”, agrega el documento.
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