Caminantes venezolanos siguen saliendo con la esperanza de sobrevivir en Colombia

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Foto: Juan Carlos Rosales

Aunque el transporte público está habilitado desde el centro del país hay personas que no pueden costear los gastos de los pasajes. Tal es el caso de los 6 integrantes de la familia de Nelsy Thaís Utrera, quienes se trasladaron caminando desde el estado Aragua hacia Bucaramanga, en Colombia.

Aunque no conocen muy bien la ruta que van a tomar cuando ingresen a territorio colombiano para llegar a esa ciudad donde les esperan para hospedarlos mientras consiguen trabajo, Nelsy, con un bebé en brazos, le cuenta a Radio Fe y Alegría Noticias lo que han vivido en los últimos 7 días que llevan caminando hasta llegar a la población de Guasdualito en el estado Apure.

Relata que provienen desde Villa de Cura, a unos 900 kilómetros de la frontera, caminando «y aunque nos dado cola se nos ha hecho rudo el viaje caminando y aguantando hambre».

Por el camino, dice, se han encontrado a «personas malas, personas buenas, personas que nos han cerrado la puerta en la cara porque les han dicho que les vamos a robar». La mujer niega esto.

Mientras Nelsy habla el llanto del bebé que carga en sus brazos interrumpe la conversación. La retoma para contar que sin embargo hay gente buena. «Un señor de aquí (Guasdualito) nos regaló un poquito de leche con unas galletas para que comiéramos algo y siguiéramos el camino».

A la pregunta del por qué se van de Venezuela la respuesta de Nelsy fue lacónica: «la situación de Venezuela que está demasiada brava. Lo que tú trabajas no te alcanza para comprar nada»

En su casa de Villa de Cura se le quedaron uno de sus hijos, su esposo, un sobrino, su hermano y un primo.

La ilusión de Nelsy al llegar a Colombia «es ponernos a trabajar para un mejor futuro, para ayudar a nuestras familias, a nuestras mamás, a nuestros hijos, y así como no ayudaron a nosotros ayudar a otros que lo necesitan igual».