China está sufriendo la mayor ola de contagios por coronavirus desde que el virus hiciera acto de presencia por primera vez en Wuhan.
El viernes 11 de marzo, el país superó por primera vez desde hace dos años la barrera de los 1.000 casos positivos diarios, y la cifra no ha dejado de crecer (unos 3.400 el sábado, otros 2.300 el domingo).
Son cifras insignificantes comparadas con el resto del mundo, pero inaceptables para un país que ha hecho de la política de tolerancia cero su máxima prioridad.
Como consecuencia, las autoridades han recurrido a su libreto habitual para estos casos, decretando aislamientos selectivos, restricciones a la movilidad y testeos masivos entre la población.
Los brotes, que afectan a 16 de las 32 provincias chinas, son “complicados y graves”, reconoció la viceprimera ministra, Sun Chunlan.
Aíslan provincias
El viernes se ordenó el confinamiento de Changchun, centro manufacturero de nueve millones de habitantes y capital de la provincia de Jilin, la más afectada de todas.
Según el comunicado del gobierno local, sus nueve millones de residentes deberán someterse a tres pruebas PCR, se implanta el teletrabajo y prohíben los desplazamientos innecesarios.
Otro de los focos de contagio se localiza en la provincia de Shandong, en la costa oriental. Allí, 17 funcionarios del municipio de Laixi, donde se originó el brote, han sido amonestados o depuestos por su “mala gestión” y “falta de rigurosidad a la hora de implementar los protocolos de manera estricta”.
Además, preocupa la situación en Shanghai, capital económica y financiera del país. Tras cerrar los colegios y suspender actividades en interiores -conciertos, obras de teatro, exposiciones.
Las autoridades pidieron a los 25 millones de residentes que no salgan de la ciudad si no es absolutamente necesario y restringieron las comunicaciones con el exterior.
China prohibió el lunes a la mayoría de la población salir de una provincia nororiental afectada por el coronavirus y movilizó a la reserva militar.
Las cifras
La Comisión Nacional de Salud reportó 1.337 casos de contagio local en las últimas 24 horas, incluyendo 895 en la provincia industrial de Jilin. El gobierno anunció que para salir de la zona o para ir de una ciudad a otra, se requerirá un permiso policial.
Se reportaron cientos de casos más en otras ciudades y provincias, tanto en la costa como en regiones tierra adentro. Beijing, con seis casos nuevos y Shanghái, con 41, cerró edificios residenciales y de oficinas donde se había detectado gente enferma.
Hong Kong reportó el lunes 26.908 casos nuevos y 249 decesos en las últimas 24 horas. La ciudad registra los casos de manera distinta a la China continental, pues combina tanto las pruebas rápidas de antígenos con las de PCR.
Previamente, el viernes de la semana pasada, las autoridades habían aislado a Changchun, ciudad de 9 millones de habitantes en la provincia de Jilin.
Las autoridades sanitarias chinas atribuyen el aumento de los casos, sobre todo los asintomáticos, a la expansión de la variante ómicron, considerada más transmisible pero menos grave que otras cepas anteriores.
Con un 87% de su población vacunada, la Comisión Nacional de Salud anunció el viernes que permitirá por primera vez la venta y uso de pruebas de antígenos, hasta ahora vetadas en el ámbito doméstico.
Con información: AP, Vanguardia