Colapso

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«Estamos a horas de un colapso energético de gran magnitud…, el racionamiento
será mayor a 9 horas producto de la ausencia de gasoil y de agua para las térmicas, y del
bajo nivel de agua para los embalses, que Dios nos agarre confesados», prof. Pedro Mora. Prof. Titular de la ULA, investigador. 19-02-2020

Indudablemente las condiciones de vida son nefastas y el padecimiento extremos es
continuado, pero realmente ¿es posible que este escenario lúgubre para Venezuela pueda revertirse si más de cinco millones de su población (en su mayoría jóvenes talentosos) han salido del país? o si todo tiende a empeorar ante el éxodo masivo ¿es válida la creencia de los emigrantes venezolanos en el exterior (que pertenecen a la «avalancha» sobre todo de los últimos cuatro años) que regresaran de inmediato cuando todo “mejore”?

Es inviable e ilógico que mejoren las circunstancias en lo económico, social, jurídico-constitucional, político, electoral, etc., ante salida masiva de la población estudiantil (en proceso de formación) o económicamente activa (capacitada real o potencialmente).

Evidentemente cada quien “resuelve” como puede su situación a nivel particular o en el ámbito microeconómico, pero en términos de una sinergia armónica ¿qué es lo que resuelve?

Los que están afuera dicen “nosotros regresamos cuando se resuelva todo allá”, pero que se va estar resolviendo. Es decir, se pretende solucionar un conflicto en lo micro que desconoce o no se da cuenta del problema agravado en lo macro. Por resolver su cuestión micro se considera que estando afuera le resuelve la vida a los que quedan en Venezuela, pero eso falso, hay que estar aquí para apreciarlo, para vivirlo, para enfrentarlo.

Desde la perspectiva macroeconómica la solución no es irse del país, lo que en términos de una parábola es como abandonar al barco en plena tormenta en alta mar, porque se asume mayoritariamente que el capitán desconoce las reglas de navegación. Si consciente somos en rescatar y recuperar a la nación entera dado los intereses imperialistas que la acechan seriamente para apoderarse y usufructuar definitivamente nuestras riquezas diversas, entonces la decisión con altos dotes de sabiduría es muy clara, precisa y sin ambigüedad. “Vaya y vuélvase a su casa, no sea que…otro la disfrute” (Deuteronomio. Capítulo 20)

Ese apoyo monetario que se hace desde el exterior, las remesas, más allá de ayudar lo que hace es perjudicarnos a todos, debido a que es un dinero que circula en la economía que no es de la misma economía, por consiguiente lo que hace es presionar para que la situación en términos del nivel precios se incremente (inflación) y para que el tipo de cambio con el peso colombiano y el dólar USA aumente (devaluación), generando un flagelo espiral interminable. Se actúa honesta, noble y de buena fe desde el exterior pero resulta que lo que se está generando en lo interno es equivalente a más daño, caos, anarquía, desorden, etc.

Entretanto se continúe enviando dinero desde el exterior, solo existe una “ilusión monetaria”: una falacia que es agravante. Porque cuando llegan las remesas, se activa de inmediato el consumo de bienes que se necesitan y de medicinas que se requieren, pero también se observa en algunos casos el consumismo excesivo. Estamos hablando de algunos 10, 14 o 20 millones de venezolanos que pueden estar “beneficiándose”, pero el resto de la población que no tenemos esa posibilidad y que apenas devengamos una renta fija o un salario inconstitucional (contrario al artículo 90) ¿qué hacemos entonces?

Oportuno agregar que no es ninguna dolarización el fenómeno que azota principalmente a los que devengamos ingresos fijos. Es una vulgar especulación cambiaría por acción, por negligencia e ignorancia. Por otra parte el gobierno ha estado preparando el terreno para la petromonetización en Venezuela, y eso pasa por pagar los salarios con esa moneda que en esta fase es digital pero la meta es que sustituya físicamente al bolívar. En todo caso de pagar los salarios en dólares, el mismo no pasaría de los 20 mensual.

Mientras no se sincere la realidad nada logrará revertirse sino todo lo contrario.

Caso paradójico lo del precio oficial o simbólico de la gasolina (es decir no se paga nada).

Sin embargo, ésta es factor de supervivencia para un grupo significativo de venezolanos, de ganancia especulativa para grupos o carteles con estructuras monopólicas y de financiamiento del presupuesto nacional (que junto con la inflación y devaluación son las principales fuentes ante la caída brutal de la producción petrolera).

Los venezolanos de bien deben regresar a Venezuela lo más pronto posible, porque estando en el país habría realmente una presión desde lo económico, social, político, electoral, etc., y ahí sí habría para propios y extraños una realidad única en colapso, no contradictoria, que es insostenible y que rebasó el umbral de la tolerancia y la dignidad.

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2020.

Pedro Morales. [email protected] / @tipsaldia