Comandante de la FANB huyó a Brasil con ayuda de una indígena

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Basantes confirmó hechos de corrupción y tortura dentro de la FANB | Foto: Diario O Globo

El comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, José Gregorio Basantes, cruzó la frontera hacia Brasil junto a su esposa y sus dos hijos pequeños, con la ayuda de una mujer indígena de la etnia pemón.

Basantes, durante su primera conversación con los medios de comunicación brasileros, relató al diario O Globo de Brasil, que hasta finales del mes de mayo estuvo al mando de la base militar de Escamoto en el estado Bolívar, frontera con Brasil, pero decidió huir al país vecino.

Aseguró al medio brasilero que huyó por una acusación de contrabando de combustible que pesa en su contra, según él, por negarse a pagar sobornos en oro a generales venezolanos para mantenerse al mando de la base militar Escamoto. Acusación que cree que podría usarse para arrestarle, torturarle e incluso asesinarle si permanecía en Venezuela.

Por esa razón, decidió caminar seis kilómetros desde Santa Elena de Uairén hasta Boa Vista, Brasil, con la ayuda de una indígena pemón y acompañado por su mujer y sus dos hijos. Su bebé, que tenía apenas un mes de edad, iba cubierta por un plástico para protegerle de la lluvia.

Una vez en Boa Vista, recordó, fue trasladado hasta Brasilia, tras expresar su temor a ser encontrado por fuerzas de inteligencia militar venezolana que operan en Brasil.

El militar venezolano confirmó hechos de corrupción y tortura dentro de la FANB, y habló del descontento creciente en las bases militares venezolanas.

«Están retirando toneladas de oro de Venezuela», sentenció, detallando que el gobierno de Maduro, junto al ELN, operan para extraer oro y obtener así dólares que luego son depositados en cuentas que no han sido bloqueadas. Según su testimonio, el ELN es quien controla las minas en Tumeremo.

Podría haber sido el próximo Rafael Acosta

Explicó que organizar un levantamiento desde las bases militares es complicado debido a la estricta vigilancia:

«Para nosotros es muy difícil organizar cualquier cosa cuando todo lo que hacemos se monitoriza de forma milimétrica con la ayuda de rusos y cubanos», dijo, agregando que podría haber sido el próximo Rafael Acosta de no haber salido de Venezuela.

«Te atan los brazos y los tobillos, te ponen en el piso y te cubren la cabeza con una bolsa de plástico. Luego comienzan los golpes, especialmente en la región del estómago y el pecho. El objetivo es dejarte sin aliento. Los que no hablan, como debió ser el caso de Acosta y como habría sido el mío, mueren».

Basantes señaló que los efectivos de la FANB viven las mismas dificultades que el pueblo venezolano: «¿Cómo podemos no estar insatisfechos si sufrimos los mismos problemas que las personas? Mi padre y mi cuñado tienen cáncer y no tienen acceso a medicamentos», dijo. También, comentó que sus compañeros se mantenían con el contenido de la caja CLAP distribuida por el gobierno nacional y que ha generado polémica en el país.

Por ese descontento, el comandante afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro ya no confía en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por lo que se apoya en sus cuatro cuerpos de choque: La Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y los denominados colectivos armados.