Comunidad Villa Real se mantiene en riesgo de derrumbes por cárcava

227
Villa Real Puerto Ordaz
Foto: Alejandra Martínez

El sector Villa Real de Puerto Ordaz se encuentra nuevamente en emergencia. En el año 2010, al menos 30 familias fueron reubicadas luego de que una cárcava se activara al nivel de hacer desaparecer el terreno donde se encontraban sus viviendas. 

En aquel momento la cárcava no fue embaulada y continuó creciendo. Hoy, nuevamente unas 14 familias se encuentran en situación de riesgo. El barranco llega, prácticamente, a la puerta de los vecinos quienes tienen los informes de inspección realizadas por Protección Civil Caroní, donde se informa la condición en la que se encuentran y en los mismos documentos se recomienda la reubicación, sin embargo esto parece no ser urgente para las autoridades.

La señora Carmen Olivier es una de las personas más afectadas, pues su casa está a menos de tres metros de la cárcava. Denuncia que ha solicitado ayuda a la Alcaldía del Municipio Caroní y a Inviobras Bolívar. Entre 2015 y 2018 ha remitido varias comunicaciones en las que explica que ella y su familia (cuatro adultos y cinco niños), corren grave peligro, ya que la lluvia, el viento, la basura y el mismo peso de las viviendas y las aguas negras que mueren allí, hacen que la cárcava siga socavando. 

Sus peticiones han sido en vano, después de siete años, sigue esperando respuesta. Los ocho vecinos con quienes nos reunimos para conocer el caso, aseguran que la administración del ex gobernador Justo Noguera no incluyó entre sus planes de trabajo dar solución a este problema. Hasta el momento, tampoco su sucesor, Ángel Marcano, se ha abocado a escuchar las necesidades de esta comunidad. 

Radio Fe y Alegría Noticias conversó con el Ingeniero Simón Yegres, especialista en urbanismo y representante de la ONG Gente Para Servir Caroní, quienes hacen seguimiento a la problemática de las cárcavas en la ciudad, para conocer con más detalle la situación. 

Yegres manifestó su preocupación ante las más de 70 cárcavas que se han registrado en diferentes parroquias del municipio Caroní. Con relación al caso de Villa Real, dijo que es una de las que tiene historia, pues ya hace una década hubo derrumbes en ese terreno y que aunque se hicieron algunos trabajos para frenar, no fueron suficientes, por lo tanto el problema continúa y siguen familias en peligro. 

El especialista explicó que debido a la cantidad y complejidad de todas estas fallas en diferentes zonas de la ciudad, es momento de decretar legalmente estado de alarma, para que así las autoridades se aboquen a buscar soluciones y a frenar inmediatamente el avance de estos derrumbes. 

Pero, además de eso, también es necesario la estabilización total de esas cárcavas. Asimismo, detalló que es un trabajo complejo, de alta dimensión, que requiere de mucho equipo y mucha tecnología porque cada falla requiere una solución distinta; ya que cada una tiene un entorno diferente. 

Finalmente, Yegres aseveró que esta situación no está poniendo en riesgo solo a las familias que están cerca de las cárcavas, sino que incluso está en riesgo el crecimiento de la ciudad y que es fundamental entender que “somos vulnerables, no somos aquello que decíamos del macizo guayanés, eso es allá en el sur del estado donde están los tepuyes. Aquí tenemos otro tipo de suelos… aluvionales con cargas de arcilla, arena, caolín, etc. Somos frágiles, a pesar de nuestras industrias, nuestros parques, nuestro caudal de agua, pero tenemos esa dificultad”. 

La basura siempre presente 

Para Villa Real, la disposición de los desechos sólidos representa un problema por partida doble. Por un lado la cárcava sirve de botadero de basura, pues no cuentan con servicio de aseo urbano y a la vez, toda esa cantidad de desechos contribuye para que el hoyo siga creciendo. 

Eso no es todo. Algunos vecinos han optado por quemar la basura dentro de la cárcava. El humo afecta a niños y adultos, sobre todo a quienes sufren enfermedades respiratorias como asma. Este es el caso de la señora Yanitza Longar, quien vive muy cerca del vertedero y asegura que la quema de basura le causa constantes ataques asmáticos. 

Otro de los afectados de forma directa por esta práctica, es un niño que sufre una cardiopatía congénita. El menor de ocho años es uno de los hijos de la familia Olivier, quienes viven a la orilla del barranco. El humo le causa dificultad para respirar y eso le genera una alteración cardiológica por su condición. 

Los malos olores, proliferación de animales rastreros y moscas, además de escabiosis en niños y adultos, son algunas de las consecuencias de tener grandes acumulaciones de basura a tan pocos metros de sus viviendas. Los vecinos manifestaron que allí lanzan desde escombros, hasta perros muertos. 

Esta comunidad no está urbanizada, la mayoría de las viviendas no cuentan con pozos sépticos y muchas de ellas tienen conectadas sus tuberías de aguas negras directamente hacia la cárcava, situación que genera mucha más contaminación e insalubridad para todos los vecinos. Además, verter todas esas aguas allí hacen que el terreno cada día sea más inestable. 

 Falta de agua potable

El agua que llega a la comunidad Villa Real y a todo el sector de Villa Bahía, el cual está muy cerca de una línea de balnearios que se conocen como las playas del Caroní, es agua no apta para el consumo humano. Es decir, que no cuentan con agua potable. 

El líquido que llega por las tuberías es amarillo, “eso huele a barro, a oxido, muchas veces trae cosas como del río, así raices… mira no sé ni cómo explicarlo. Lo cierto es que no podemos tomarla y menos darle a los niños”, así lo expresó el señor Bernardo Olivier. 

Para cocinar y tomar deben comprar botellones. Cada recarga de 20 litros cuesta 2 Bs. Gastan entre 12 y 18 Bs semanales en agua potable. Los vecinos contaron a Radio Fe y Alegría que cuando no tienen para comprar los botellones y han tenido que consumir el agua de la tubería, se han enfermado. 

El gas se evaporó 

En Villa Real los operativos de venta de gas doméstico son muy esporádicos. Esta actividad, organizada por el Consejo Comunal, la realizan cada tres o cuatro meses. El resto del tiempo cada quien tiene que ver cómo compra su bombona.

En el conocido y muy temido mercado negro del gas en Ciudad Guayana, una bombona de 18 kilos puede costar entre 20 y 30 dólares, dependiendo de la compañía a la que pertenezca el cilindro. Por lo que este producto, tan esencial para la mayoría, representa un enorme gasto para la economía de las familias de esta comunidad. 

Dos décadas con calles de tierra 

La fundación de Villa Real ya tiene, aproximadamente, 20 años, sin embargo hasta la fecha no han conseguido que sus calles sean asfaltadas. Esta es una de las peticiones que los vecinos hicieron a las autoridades a través de los micrófonos de Radio Fe y Alegría Noticias

“Cuando llueve esto se vuelve un solo barrial. A veces uno sale y llega con los zapatos todos sucios porque no tenemos asfalto, pura tierra”, así lo manifestó una adolescente del sector, quien además añadió que están muy cerca de la avenida Atlántico y que parece que vivieran en el campo. 

Varios vecinos coincidieron en que en época de campaña electoral, los candidatos van allá y siempre les prometen que les van a asfaltar las calles, pero que cuando pasan las elecciones, las promesas se desvanecen como el polvo que dejan los vehículos de los políticos después de dar sus discursos. 

A pesar de todos los problemas y carencias que tiene esta comunidad, lo que ellos más piden es ayuda con la cárcava, pues ven en riesgo sus viviendas y todo lo que han construido con tanto esfuerzo. Muchos de ellos aseguran que no quieren ser reubicados, que no quieren que el gobierno les de una casa, sino el embaulamiento de la cárcava. 

“… estamos que ya no sabemos qué hacer. Estamos que cae una lluvia más y nos lleva la lluvia”. Yanitza Longar. 

Radio Fe y Alegría Noticias sigue escuchando las Voces de la Emergencia.