La corrupción y la falta de capacidad de gestión en las instituciones del estado guatemalteco evita que los migrantes impulsen proyectos de desarrollo comunitario en sus países de origen.
La migración de ciudadanos de este país centroamericano hacia Estados Unidos no se ha detenido. Alrededor de 3 millones de guatemaltecos viven en el país del norte.
Un estudio realizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso Guatemala, denominado «asociaciones de migrantes en Estados Unidos: del sueño de contribuir en Guatemala a una realidad llena de retos«, resalta que aunque los migrantes siguen contribuyendo al desarrollo social de sus países con el envío de remesas familiares, al momento de impulsar algunos proyectos estos no son exitosos.
Para la investigación fueron entrevistadas 20 personas de organizaciones de migrantes. Señalaron las dificultades a las cuales se enfrentan al intentar promover estos proyectos.
El investigador Santos Cuzco explicó a través de la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas que en las entrevistas realizadas con los libres migrantes «se demostró un grado de desconfianza hacia las instituciones políticas y económicas gubernamentales».
Agrega que el mayor grado de confianza reflejado es hacia las comunidades receptoras.
Cuzco precisa que esa desconfianza y el desconocimiento hacia las instituciones dificulta justamente la ejecución de cualquier proyecto que se quiera impulsar.
O dicho de otra manera, la falta de un acompañamiento institucional provoca que los proyectos fracasen antes de ser ejecutados.
Otro de los retos es la corrupción que ha perjudicado a más de la mitad de los entrevistados. Una situación que se añade a las dificultades para los accesos consulares y la falta de capacidad de asociaciones de migrantes, la casi nula gestión del Estado para promover e impulsar negocios.
Los proyectos no solo estarían dirigidos a la llamada ayuda humanitaria sino también al ámbito de proyectos de inversión en varias áreas.
Con información de Neyda Solís/FGER