Del corazón de la selva a emprendedora en la ciudad

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Foto: Radio Fe y Alegría Noticias

Una chica autóctona de la etnia Pemón, de nombre Yulitza Rangel Sandoval, cuenta con tan solo 19 años de edad y es una muestra de que el esfuerzo para hacer las cosas siempre tiene su valor.

Nacida en Kamarata, poblado que forma parte del Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar, en su corta vida ha salido dos veces de ese lugar agraciado por Dios, la primera vez fue cuando tenía 3 años y luego a los 12 años, desde allí no ha regresado, pero no pierde las esperanzas de volver hacerlo para ver a su familia.

Actualmente, Yulitza vive en Puerto Ordaz, desde que tenía 13 años cuando comenzó a trabajar en una casa de familia para poder ganarse la vida,  “durante 6 años, trabajé en la misma casa de familia haciendo todos los oficios, pero decidí independizarme porque ya no me alcanzaba lo que me pagaban para cubrir mis necesidades básicas”, nos comentó muy convencida de que fue la mejor decisión que tomó. 

Conocimos que a esta jovencita le tendieron la mano cuando dejó de trabajar en la referida casa de familia ya que no cuenta con familiares cercanos en la ciudad de Puerto Ordaz, donde decidió quedarse para emprender una nueva etapa de su vida.

Le tocó vivir con unos amigos, en agradecimiento apoyó con la alimentación. Sí no fuera por ellos se hubiese quedado en la calle.

Yulitza, también nos contó que llegó al Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA), gracias a los buenos consejos del profesor Pedro Devera, “él sabía que  yo estaba buscando donde inscribirme para estudiar, me habló del IRFA y me llamó mucho la atención por la facilidad para estudiar y seguir trabajando,  después me inscribí, ya estoy casi finalizando mis estudios en la mención de contabilidad”. 

Dijo también esta chica indígena que le gusta, como a muchos otros estudiantes, que los profesores del IRFA siempre apoyan mucho a los estudiantes, hizo referencia especial al profesor Kevin, “el profe Kevin era uno de ellos, siempre pendiente de nosotros hasta los últimos días que estuvo con vida nos motivaba para que no abandonáramos los estudios, la profe Yaritza, también muy atenta a que no dejemos los estudios”.

Luego de relatar cómo fue su inicio en el Irfa, Yelitza siguió comentando que tiene un amigo que trabaja en el área de comidas y repostería, recibiendo mucho apoyo de su parte, “me da algunas horas para trabajar y con eso he podido cancelar pagos pendientes, también sé cocinar y trabajo como ayudante de cocina, es lo bueno cuando sabes hacer muchas cosas”.

Comentó que dentro de sus aspiraciones está tener su propio establecimiento donde pueda ofrecer a los clientes todo lo que sabe hacer y también especializarse y mejorar en todo lo que tiene que ver con la repostería, “por ahora lo que hago es por encargos para asegurar la ganancia de lo que estoy invirtiendo porque en el principio no tenía muchos recursos para comenzar pero lo logré”.

Una de las ocupaciones de esta jovencita es tener que enviar dinero con frecuencia a su familia en Kamarata,  “eso nos ha ayudado un poco también a resolver los gastos familiares porque mi mamá nos pide a mi hermano que se vino hace poco tiempo a Puerto Ordaz y a mí, que la ayudemos con los gastos de una hermana que tiene una condición especial y le damos el apoyo porque ellos están allá en Kamarata, esa fue otra de las razones por la que dejé el otro trabajo y decidí emprender para tener más dinero y ayudar a mi familia”.

Aferrada a sus esfuerzos para lograr tener en sus metas a mediano plazo su emprendimiento establecido y consolidado, Yulitza sigue haciendo esfuerzos por sus sueños, demostrando sus capacidades y sin perder sus orígenes autóctonos.