Un tribunal especial formado por jueces y diputados destituyó este viernes por unanimidad al gobernador de Río de Janeiro, el conservador Wilson Witzel, por supuesta corrupción durante la gestión de la pandemia del coronavirus en ese estado brasileño.
La decisión culminó un largo juicio político abierto en junio del año pasado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro contra Witzel, quien ya estaba suspendido del cargo por orden del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
«¡El resultado del proceso de acusación es repugnante! La norma procesal y la técnica nunca estuvieron presentes. No fui sometido a un Juzgado de Estado de Derecho, sino a un Juzgado Inquisitorial. Con derecho a un verdugo en la línea del Estado Islámico, que no mostró la cara», se quejó el ex fusilero naval y ex juez, tan ultraderechista como Jair Bolsonaro, pero enfrentado con el presidente desde el momento en que despuntaron en Witzel ambiciones políticas mayores a las de su cargo.
El tribunal lo encontró culpable de irregularidades en diversas contrataciones y malversación de recursos públicos destinados al combate contra el virus que mató a casi 44.500 habitantes de ese estado y contagió a otros 740.000.
A su vez, fue acusado de orquestar una «organización criminal» dedicada a recibir sobornos de un empresario del área de salud, quien logró la adjudicación de varios de los contratos de emergencia para hacer frente a una pandemia que ya ha provocado el fallecimiento de más de 400.000 personas en todo el país.
Witzel llegó a proponer el bombardeo de las favelas, como se conocen las barriadas populares que son objeto de disputas territoriales entre facciones del narcotráfico. Su programa de «mano dura» y «tolerancia cero» lo llevó a señalar que «un buen bandido es un bandido muerto».
Fuente: elperiodico