“Dios no está muerto”

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Nuestros sentidos permiten interactuar con la materia, con las cosas que nos rodean. Al enfocarnos netamente en los sentidos, asumimos una postura determinista que se ajusta a la corriente de pensamiento afín con el materialismo y el hedonismo, que en resumidas cuentas integran el paradigma de considerar a todas las cosas que existen en términos de la materia. El mundo, la vida, las infinitas interacciones, los niveles de conciencia, etc., son simple conexiones complejas con la materia existente en el mundo físico. (a) 

Fuera de este grupo de elementos que componen lo que se conoce como materia no existiría más nada. Pensar en algo que exista por fuera de la materia sería totalmente ilógico. Este pensamiento ha tomado demasiada fuerza desde el renacimiento, caló en la mente de la humanidad y permanece allí, repercutiendo sobre la ciencia, la economía, lo social, lo político, todo en absoluto, bajo la premisa de que todo cuanto existe es materia, pero, ¿es esto cierto?, ¿qué expone y argumenta la Biblia al respecto? ¿De verdad todo lo que existe es aquello con la cual podemos interactuar de forma física, o existe  algo más?

Dios crea el mundo, y crea todo lo que en él existe. En el sexto día crea al hombre, y el hombre al llegar al mundo comprende que hay cosas físicas, Génesis 1, 1: “Dios, en el principio creó los cielos y la tierra”. Pero luego viene Génesis 1, 2, y expresa lo siguiente: “La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas”. El Espíritu divino es la primera vez que se menciona en la Biblia, lo que da entender que existe un ente  intangible e invisible  que se complementa o integra  con la  materia o mundo físico terrenal. La Biblia nos enseña  y lo convalida la física cuántica, que nuestros sentidos, con los cuales nos basamos para tomar decisiones, son limitados,  no lo captan todo porque existe un mundo espiritual inadvertido.

La pneumatología como disciplina teológica se concentra en estudiar al Espíritu Santo, abarcando además la descripción de los fenómenos y seres inmateriales o espirituales. Al respecto haremos una breve reseña de corte introductoria. Citando a Colosenses 1, 15-16:

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.

            Este pasaje bíblico nos deja claro que existen dos mundos, el que podemos ver, y el que es invisible. También nos menciona que hay existencia en la tierra (visibles)  y en el cielo (invisible).  Ahora bien, esto nos deja muy claro que cuando tenemos un enfoque materialista, se niega la existencia del todo creado por Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Entonces aquí estaríamos nosotros parados en un mundo físico, rodeados por un mundo espiritual.

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son  no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. (1 Corintios 2: 14)

Entonces el problema consiste en que todos somos naturales, es decir, no podemos discernir las cosas que son espirituales porque no tenemos ese discernimiento de tipo espiritual. Para discernir las cosas inmateriales necesitamos que nuestro espíritu humano reciba la influencia del Espíritu de Dios. Sin este  discernimiento del Espíritu Santo nunca podremos comprender las cosas ni mensajes espirituales.

Lo que hagamos en esta vida mundana depende del nivel de comprensión y asimilación de las enseñanzas estipuladas por Jesucristo. La cuestión es que solo podemos aprender lo que Dios nos dice de forma espiritual, y  como ya sabemos,  este  conocimiento espiritual solo puede ser discernido de forma espiritual. Entonces se podría afirmar, que nos juzgaran según nuestra balanza espiritualidad, y ésta puede resultar favorable solo a través de la comprensión de las verdades bíblicas, del Evangelio de la Salvación. Si comprendemos y ponemos en sincera y plena practica  el Evangelio de la Salvación, aun cuando nuestra vida tiene fecha de caducidad en la tierra, seremos hallados inocentes en el juicio final, con lo que nuestro destino como teístas estará  predestinado hacia el Reino de los Cielos.

             Finalmente como complemento,  algunas pautas para la reflexión crítica:

1) Materialismo: “lo más importante es el dinero”. El éxito se mide por cuanta riqueza se posea. Si se acumula riqueza se considera una persona exitosa. Lo contrario es un fracaso rotundo. ¿Ésta es una filosofía de vida sensata o más bien insensata? El Señor  tiene una opinión relacionada: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12, 15). En otras palabras las posesiones no determinan el  valor de la persona.

2) Hedonismo: “cualquier cosa que te haga sentir placer es buena”. En el materialismo el dinero es Dios, en el hedonismo el placer es Dios. La única meta en la vida es ser feliz en la dimensión material o mundana. La única meta en la vida es tener placeres de todo tipo. En eso se centra la vida hedonista. “El que se entrega al placer, el vino y los perfumes, terminará en la pobreza”. (Proverbios 21:17).

3) Siempre se paga un precio. El precio del pecado es mucho mayor que el placer que produce el pecado. El pecado es “divertido” no hay duda en ello, no lo niega la biblia, no lo podemos negar nosotros: “escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales de pecado(Hebreos 11: 25). El pecado siempre va tener un precio, un precio en lo individual, un precio que impacta a otras personas: “Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos solo cosecharan de ellos la destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu,  cosechará la vida eterna(Gálatas 6:8)

4) ¿A qué se dedica principalmente el tiempo y la energía? ¿Crecer en lo material o espiritual? “Donde está tu tesoro  allí estará tu corazón” (Mateo 6, 19-23). No se puede orar de corazón si tenemos enemigos en el corazón, por ello se debe perdonar para ser perdonados por Dios. ¿Queremos un milagro? Pongamos a Dios en el centro de nuestras vidas y todo vendrá por añadidura. No se olvide, que cuando nos toque morir que sea una sola vez. El espíritu del mal está detrás de toda actitud pecaminosa. Sin embargo, Dios sana y libera en lo físico y espiritual. “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha” (Salmo 33). 

5) El mal existe debido a la ausencia de Dios en el corazón de las personas. No obstante: “El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial”. (Timoteo 4, 6-8. 17-18). El apego a lo material y a los placeres de la vida, son como una cárcel con la puerta abierta que se cerrará definitivamente cuando sea muy tarde… (“Dios no está muerto”: escena de la abuela). Humildad y fe, la combinación para sanar los males del cuerpo y espíritu. “Señor no soy digno que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme” (Mateo 8, 5-17). La cura del alma, cuerpo y espíritu se inicia con la conversión sincera en pensamiento y proceder; al acercarnos a Dios con humildad y sinceridad de corazón en la oración: “Sáname Señor”.

6) Común error es considerar como persona amiga, aquella que nos dice lo que queremos escuchar, y no lo que necesitamos que nos digan. Cuidado con talar y quemar el fruto bueno y preservar el malo. “El hacer refleja el ser” (Santo Tomas de Aquino). Si el fruto humano se aleja del fruto divino, se está en el camino incorrecto. Nunca olvidar que el falso profeta del dinero nos conlleva al materialismo y al hedonismo, los cuales nos alejan del reino de Dios. La idolatría al dinero nos aleja de la fe…nos corrompe. “Al atardecer de la vida se nos examinará en el amor” (Juan de la Cruz)

7) El camino espiritual comienza duro y muy estrecho, pero mientras más se avanza en él más se agranda. “La práctica de la virtud es un árbol de raíces amargas pero de frutos muy dulces”. “Se he hablado mal, da testimonio de lo que he hablado mal, pero si hablé bien, ¿por qué me pegas? (Juan 18:23). ¿Cuántas veces  se juzga a una persona solo para hacerle daño a su integridad, sin ningún tipo de corrección fraternal?

8) “Aunque camine por cañadas oscuras nada temo” (Salmo 23). Si estamos cumpliendo la voluntad de Dios, y Él conduce nuestras vidas, ¿por qué tenemos miedo? “Nada temo Señor porque tú vas conmigo” (Salmo 23). Pero si las personas no se arrepienten, sigue con su misma vida, no fortalecen su sistema inmunológico espiritual, probablemente seguirá la tempestad global.

9) Comprender el divino silencio de Dios, para mantener la fe, confianza y tranquilidad… y la paz en medio de la tribulación. Respecto al dinero, la riqueza material y los placeres mundanos, ¿cómo los adquirimos?, ¿cuánto afecto le tenemos?, ¿cómo lo usamos? “Prefiero estar con Dios y ser juzgado por el mundo, que estar con el mundo y ser juzgado por Dios” (“Dios no está muerto”: debate). Vivir en gracia de Dios es cumplir su santa voluntad. “Por eso vivo contento en medio de las debilidades, los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. (2 Corintios 12, 1-10).

10) Limosna, oración y ayuno. ¿Se hacen de corazón, por aparentar o simplemente no se hacen? La limosna no solo es dar bienes monetarios ni la oración es repetir frases religiosas, ni el ayuno se limita a dejar de comer durante un tiempo  matinal. Es mucho más… “El que proporciona semilla al que siembra  y pan para comer, proporcionará y multiplicará vuestra semilla y aumentará los frutos de vuestra justicia” (2 Corintios 9:10). La maldad se combate con el bien. La violencia conduce a más violencia. Crear conciencia en fortalecer el “sistema inmunológico espiritual” o vida interior, se logra cuando Dios es el centro de todo.

(a) Radio Fe y Alegría. Determinismo y causalidad: https://bit.ly/3dEPU4f

Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2021. Pedro Morales. [email protected]  @tipsaldia. WhatsApp: +584168735028