Por Lizanny Reinoza
Bolsos, carteras, bandoleros, monederos, cofres, todos de fabricación Warao, son productos que se exhiben y venden en siete tiendas y en el aeropuerto internacional del estado Falcón, y son demandados además por viajeros que van a República Dominicana y a Estados Unidos.
Dos mujeres del oriente venezolano se llevan el crédito de ese emprendimiento que beneficia a 10 mujeres indígenas, y que puso en el mercado internacional la cultura y tradiciones de los waraos, pueblo que habita en el Delta del Orinoco y que se identifican por ser gente del agua.
Linneth Pottella, gerontóloga de profesión, sucrense de nacimiento y deltana de corazón, desde inicios de 2022 comercializa artesanías de la etnia Warao en un aeropuerto internacional en el occidente de Venezuela.
Pottella, en 2010 se radicó en Tucupita, estado Delta Amacuro, y ese año ocupó el cargo de directora del geriátrico Doña Menca de Leoni. Ejerció su profesión por tres años, pero durante su gestión se convenció de que debía emprender porque el sueldo no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas.
Se metió en diferentes oficios, pero ninguno le funcionó. Contó que pasaba un mal momento económicamente, su madre enfermó y, además, ella entró en depresión. “Sentía que no me daban resultados y debía pensar en algo más, pero rápido”.
Linneth, que se define fiel creyente en Dios, le pidió un emprendimiento que le permitiera ayudar a otras personas. “Quería aportar mi granito de arena a quienes realmente lo necesitaran”.
Comenzó a interesarse por el arte de los waraos y la forma cómo trabajan. “Pensé que podía resaltar su labor, las raíces de la etnia”, dijo.
A inicios del 2022, a Potella se le ocurrió la idea de decorar unos sombreros de bora. Luego, la madre de Linneth, experta en manualidades, se sumó al equipo.
Vendieron sus pertenencias para invertir en el nuevo negocios y con el dinero que obtuvieron se dirigieron a la comunidad indígena de Janokosebe, en la carretera nacional, al sur de la ciudad tucupitense para adquirir la mercancía.
Inicialmente, compraron sombreros hechos con flor de bora. Linneth y su madre empezaron a darle “un toque criollo” decorándolos con otros materiales y promocionaron los productos por redes sociales.
En febrero del año pasado, Linneth fue invitada por una de sus compañeras, que cursó estudios en la facultad de Gerontología en Falcón, a comercializar los sombreros en las playas. Vendió los 40 sombreros que había llevado.
Desde el momento de su llegada a la Península de Paraguaná, vio la aceptación del producto y la demanda que generaba, pues era la única que los distribuía. “Las personas valoraron la calidad de los tejidos”, aseguró.
Consiguió un espacio en el Aeropuerto Internacional Josefa Camejo para ofrecer la artesanía. Posteriormente, con el apoyo de diversos organismos, llegó a participar en múltiples festivales, ferias y exposiciones regionales. En marzo de 2023, fue galardonada como Emprendedora del Año, por la organización Mujer Emprendedora Falcón.
Ahora, afirma que además de vender las artesanías, transmite las historias detrás de cada producto, sus orígenes y beneficios, que son propios de la cultura warao. Desea exhibir la etnia en toda Venezuela y en el mundo entero.
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