El encierro en cuarentena puede elevar la violencia contra la mujer

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Referencial

La advertencia la hace a través de Radio Fe y Alegría Noticias Magdymar León.

La sicóloga y coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa señala que la situación de aislamiento social y las restricciones de acceso a los espacios públicos que determinan la cuarentena «efectivamente imprimen un mayor riesgo para las mujeres que conviven con sus agresores, porque no tienen o terceros que intervengan en una situación o no tienen manera fácil de huir de la casa».

¿Qué pueden hacer las mujeres ante estos riesgos?

En primer lugar, en el caso de las víctimas darse cuenta de los riesgos que corren.

Se les recomienda mantenerse en contacto con otros familiares; informar a la comunidad de que pueden ocurrir situaciones de violencia sexual; mantener varios teléfonos a la mano; buscar números telefónicos de organizaciones que en este momento están brindando atención a víctimas de violencia contra la mujer vía telefónica, vía what sapp o vía correo.

Para León el objetivo principal es no guardar silencio. También recomienda tener a la mano los números de las policías municipales «que son las que están en el contexto inmediato donde vive la víctima para que puedan hacer un llamado».

Para las familias también da varios consejos. Igualmente para los miembros de cada comunidad. «Hay que entender que la violencia contra la mujer es un delito que debe ser denunciado».

Por eso, insta a los familiares y a las personas de la comunidad a que tampoco guarden silencio.

«Si conocen de una situación que está ocurriendo con una vecina, con una prima, con una familiar, lo que le corresponde hacer es denunciar o buscar asesorías en las mismas líneas telefónicas de organizaciones como PLAFAM, FUNDAMUJER, CENTRO DE ESTUDIOS DE LA MUJER, CEPAZ, que están ofreciendo este tipo de orientaciones».

¿Qué impacto sicológico tiene para las víctimas y para los agresores pasar tanto tiempo en espacios cerrados?

Dice la activista por los derechos de la mujer que el estar en una situación de cuarentena genera tensiones entre las personas.

«Si no conocemos ni manejamos mecanismos adecuados para lidiar con estas presiones y si hay personas que legitiman el uso de la violencia para canalizar estas tensiones, probablemente esa sea la vía que se tome por parte de algunos para resolver los problemas que se presenten», acota León.

El problema no es el aumento de la tensión. Las tensiones siempre van a estar presentes por unas razones u otras. Puede ser por un familiar enfermo, por alguien que esté desempleado, una enfermedad propia, la falta de dinero, y la misma cuarentena.

La clave del asunto es que no se puede legitimar el uso de la violencia como estrategia para resolver esas tensiones porque en definitiva tampoco las resuelven.

En ese sentido, sugiere que lo primero que hay que revisar no es tanto que se tiene una presión, que es real. Sino cuáles estrategias estamos utilizando para lidiar con las presiones del contexto que en este momento están sufriendo todas las personas en el mundo.

Pero alerta que no se le puede achacar el aumento de la violencia solamente a la cuarentena. «Ese es el contexto que está arrojando unas condiciones para que la violencia aumente. Pero el problema real es otro».

Señales, actitudes, gestos para ponernos alertas.

En este plano la sicóloga coloca varios ejemplos que van desde que se profieren insultos, agresiones verbales, sometimiento en tanto de decisiones, es decir, se decide solo lo que una persona quiere, las opiniones de la mujer no son consideradas en cuenta y las descalificaciones permanentes.

Por supuesto, un elemento mucho más claro son las agresiones físicas como señales de violencia.

Hay otras manifestaciones más sutiles que tienen que ver con la imposición, con el control, con la intención de dejar a la víctima en un lugar de subordinación.

«Es clave que la mujer detecte que en el momento en que no puede hacer lo que quiere hacer, o cuando su libertad es coartada por otra persona, ya está viviendo una situación de agresión», precisa la feminista.

La violencia machista está presente en Venezuela. Es importante abordar las primeras señales de agresión y no esperar a que la situación se vuelva más complicada porque los resultados pueden ser fatales.

«Toda la sociedad tiene que prevenir la violencia contra las mujeres», culmina.