El papa Francisco recordó este domingo 5 de febrero en una misa ante cerca 70.000 personas en el mausoleo John Garang, en Yuba, su llamado a deponer las armas del odio y la venganza, en un país que intenta que se implementen los acuerdos de paz.
«En el nombre de Jesús, de sus Bienaventuranzas, depongamos las armas del odio y de la venganza para empuñar la oración y la caridad”, expresó.
Además, agregó que “superemos las antipatías y aversiones” que, a su juicio, se convirtieron en crónicas con el paso del tiempo. “Aprendamos a poner sobre las heridas la sal del perdón, que quema, pero sana», añadió el Sumo Pontífice.
Renunciar a responder “al mal con el mal”
En ese sentido, el papa Francisco resaltó que aunque los corazones presenten heridas, piensa que se debe renunciar “de una vez por todas a responder al mal con el mal y nos sentiremos bien interiormente”, dijo.
El máximo representante de la Iglesia Católica llegó a Sudan el pasado viernes 3 de febrero procedente de su visita a la República del Congo. Tras su llegada, lo recibieron con cantos y alegría por las personas católicas de ese país, quienes actualmente atraviesas una crisis humanitaria a causa de la guerra, carencias y desastres naturales.
A estos ciudadanos, el papa les pidió que se muestren como seres capaces de crear lazos de amistad, que puedan vivir en fraternidad, así como también que construyan relaciones humanas que impidan la corrupción, el morbo, las divisiones, la injusticia y los negocios ilícitos.
Posterior a la homilía, el papa Francisco emprenderá su regreso a Roma luego de un viaje de seis días.
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