Amazonas era uno de los 3 estados que en Venezuela no presentaba casos positivos confirmados de COVID-19 hasta que este domingo 10 de mayo, día de las madres, la vicepresidenta ejecutiva de la república, Delcy Rodríguez, anunciaba la aparición de los 4 primeros.
Pero en esta cuarentena social o colectiva, quienes más sufren por la falta de alimentos son los niños y adultos mayores de las pueblos indígenas de esta entidad fronteriza con Colombia y Brasil.
La abuela Eliana Cuiche, de 83 años, indígena del pueblo Curripaco, dijo que la necesidad la obligó a salir de su casa para pedir ayuda porque tiene miedo a morir de hambre.
«Nosotros estamos aguantando hambre… no sé qué tiene el gobierno haciéndonos esto a nosotros. Estamos amaneciendo como locos», contó.
Agregó la abuela que «ahorita la comida está cara. Estamos muriendo de hambre aquí en Puerto Ayacucho. Comer puro arroz pelao no quita el hambre».
Por sus propios ojos ha visto que un kilo «de pata de pollo cuesta 180 (mil) bolívares. De dónde vamos a sacar reales. No hay reales».
Le hizo un llamado al presidente de la república Nicolás Maduro ante esta situación. «Perdone mi palabra que yo vengo a hablar aquí al presidente Maduro… tú tienes que dejarnos bastante real a nosotros. Somos puros indígenas y tenemos que comer», manifestó.
En otras comunidades indígenas llevan un mes esperando que les vendan la bombona de gas doméstico.
Por otro lado, reclaman que las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción vienen con muy pocos productos. A esos combos les hace falta leche, café, aceite, carne, pollo, enlatados, entre otros artículos.
Conseguir dinero en efectivo es una misión casi imposible. Y si pagan por tarjeta de débito, deben cancelar hasta dos veces más el costo de lo que vayan a comprar.
Los comercios no respetan la tabla de los precios acordados de 27 productos emitida por el Ministerio del Comercio.
San Carlos de Río Negro se encuentra a unas dos horas y media vía aérea de la capital del estado. Se estima que los 4 primeros casos de Coronavirus que llegaron a la población desde Sao Gabriel, en Brasil.
Con información de Richard Ortega.