Fe y Alegría Venezuela definitivamente no se detiene en medio de la pandemia. A través de sus diferentes programas educativos y comunicacional, los equipos de trabajo del Movimiento de Educación Popular y Promoción Social constantemente se las ingenian desde sus experiencias y desde los descubrimientos novedosos que esta inesperada realidad va deparando para ofrecer respuestas a nuestros chamos, participantes, y también docentes.
Este martes 25 de agosto la comunidad de los Institutos Universitarios, familiarmente llamados IUJO, se congregó vía virtual para compartir con todo el país lo que han venido haciendo en medio de estas circunstancias en el nivel de la Educación Universitaria, un ámbito que Fe y Alegría también ha abordado en los últimos 20 años con altísima calidad y prestancia.
En el foro «Fe y Alegría Universitaria: oportunidad y esperanza para los jóvenes», los directores de los diferentes institutos universitarios de Los Flores de Catia con una extension en Petare y de la sede de San Francisco, Zulia, con extensiones en Barquisimeto y Guanarito, Portuguesa, compartieron los resultados que han recogido luego de haber finalizado el actual semestre.
La profesora María del Pilar Loyo, directora nacional del programa de Educación Universitaria de Fe y Alegría, fue quien abrió los fuegos.
Entre las sedes centrales y las extensiones los «IUJO» reciben a más de 3 mil estudiantes. Y ya más de 1150 jóvenes se han graduado en estos centros educativos.
Ante los desafíos que suponían continuar con el proceso educativo este nuevo conetxto de pandemia, dice la profesora Loyo que en su equipo de gestión, y desde los equipos locales, se comenzaron a hacer la pregunta de cómo responder ante estas intercitumbres para ofrecerle certezas a todos los jóvenes en sus respectivas carreras.
Entre las ofertas académicas se encuentran, entre las diferentes sedes y extensiones, las de Informática, Administración de Empresas, Contaduría, Educación Preescolar, Educación Agropecuaria.
Entre los objetivos que se plantearon delinearon actividades de atención a través de un plan de educación remota en tres ámbitos.
Estos tres ámbitos son lo académico, lo complementario (para fortalecer las áreas personal y profesional del estudiante) y lo técnico-tecnológico.
Loyo expone que es clave destacar el aporte y compromiso del talento humano desde los directivos, administrativos, docentes y de mantenimiento.
Le suma a este «secreto profesional» la clave de la gerencia colegiada para evaluarse, corregirse, construir y soñar.
Las aulas se mantuvieron siempre abiertas
La profesora Herlinda Gamboa directora de la extensión de Barquisimeto, estado Lara, prosiguió con el compartir de experiencias en estos meses atípicos.
Apunta que se han esmerado en una cercanía «pedagógica» con todas las comunidades educativas de los institutos.
La respuesta de la gestión se centró en la construcción de acciones necesarias para mantener a los centros operativos.
Se implementaron procesos esenciales de atención y acompañamiento no solo a los estudiantes sino también al personal docente, administrativo y de mantenimiento.
Entre las claves que en el programa de Educación Universitaria que Gamboa señala están la organización referida a una estructura flexible que permitió adecuar el trabajo en equipo con procesos de coordinación, comunicación y gestión de respuestas efectivas en términos de un máximo aprovechamiento de los talentos humanos y recursos tecnológicos.
La organización para prever logísticas como combustible, conectividad, alimentación para quienes día a día, cuidándose también, estuvieron en la atención continua y constante, fue esencial en estos tiempos.
Aunque suene a escándalo, Gamboa aseguró que las aulas se mantuvieron abiertas, pero de forma virtual. Es decir, las clases en el IUJO de Barquisimeto no se detuvieron.
Ha sido un esfuerzo continuo y sostenido para mantenerse operativos.
Otro elemento clave ha sido la planificación estratégica que consistió en tener un plan operativo en cada programa o carrera para saber hacia dónde ir y cómo hacerlo.
Esto ameritó al revisión de prácticas, comportamientos, afectos, a través del análisis y evaluación continua.
Estos equipos han estado permanentemente «en modo reflexivo», en constante disposición a hacer los reajustes necesarios para garantizar la respuesta oportuna.
Esta crisis permitió pasar de las planificaciones semestrales a planifcaciones semanales. Se ha ido pasando a una gestión por resultados lo que permita medir en tiempo real lo que se se está haciendo.
Buscar, inventar y crear para seguir atreviéndose desde la web, la radio, las redes sociales, con la premisa de que nadie se quedara atrás, han sido los motores inspiradores en este momento.
Agrega la profesora Gamboa que «nos aventuramos en emprendimientos pequeños que posibilitaron la generación de algunos recursos para mantener la operatividad de los programas».
En Fe y Alegría el recurso más preciado es su gente. Por eso 410 personas han estado desde que comenzó la cuarentena decretada en Venezuela al pie del cañón.
De este número solo un 5 por ciento del personal no pudo cumplir por diversas razones.
Invita a estar abiertos al cambio y fortalecer las habilidades técnicas, profesionales, humanas a través de una constante formación que requiere de una flexibilidad exigente.
Pero la profesora Herlinda no niega algunas dificultades que se le han presentado en este contexto.
Señala que un 70 por ciento de los docentes solo tiene un teléfono inteligente.
Únicamente el 30 por ciento cuenta con internet fijo. El resto paga planes de datos de sus propios bolsillos.
Sin embargo, y pese a estas limitaciones se logró que 2267 estudiantes culminaran el semestre. Dicho de otro modo, se obtuvo el 75% de permanencia de los jóvenes.
Termina su disertación con una invitación al optimismo y a estar dispuestos a ser impulsados a confiar haciendo porque «la esperanza de los jóvenes no espera».
Enseñanza remota de emergencia
Por su parte, para la profesora Jenny Jiménez, directora de la extensión de Petare, el programa de educación universitaria ya había entrado en un proceso de renovación revisando los modos en que desarrollaban la formación integral de los jóvenes en competencias y habilidades de acuerdo a sus carreras.
Bautiza la nueva dinámica como la enseñanza remota de emergencia. Con esta denominación reseña que se trataba de asegurar experiencias de aprendizaje que garantizara lo académico y la atención a los estudiantes.
En este sentido, fue vital mantener la comunicación continua entre los estudiantes, profesores y resto de la comunidad universitaria.
Se implementaron técnicas de manejo de emociones ante la inertidumbre, ante el aislamiento físico y social. Y se promovió la construcción de entornos colaborativos donde el ser, el convivir, el hacer, el conocer y el emprender se convirtieron en el horizonte compartido a desandar.
Revisando el camino metodológico, es decir, el cómo se aprende, los docentes comenzaron un proceso de revisión de los sistemas de planificación y evaluación.
Para ello se conformaron grupos académicos y pedagógicos con docentes y estudiantes y se formularon indicadores de competencias para medir resultados y efectividad de los procesos.
En ese sentido, se desarrollaron estrategias a partir de temáticas generadoras en las unidades curriculares, con sentido colaborativo, por proyectos y por simulación, además de discusiones dirigidas, estudios de casos, mapas conceptuales, portafolios, lluvias de ideas y elaboración de proyectos.
Este proceso generó mayor interacción y un aprendizaje más organizado, autónomo, disciplinado.
En términos cuantitativos se hicieron 384 planificaciones especiales, 485 guías instruccionales, y más de 20 boletines informativos.
Se mantuvieron encuentros interactivos a través de la red social del what sapp, correo electrónico, por la radio, aula virtual, mensajes de texto.
Igualmente el boca a boca, ya que hubo docentes de la comunidad que pudieron comunicarse con los estudiantes que no contaban con esos recursos tecnológicos.
Jiménez destacó la capacidad que se tuvo de pasar de modalidad presencial a un modelo de enseñanza remota de emergencia.
Otro punto a resaltar en su exposición es el tema de las cuatro C pedagogía ignaciana: concientes de la realidad, compasivos, comprometidos y competentes.
El ámbito complementario
El profesor Víctor Gainsa es el Director del IUJO de Los Flores de Catia.
Su ponencia versó sobre el ámbito complementario en la educación universitaria.
Afirma que este es un sello de formación integral en este programa de Fe y Alegría porque contempla una gama de diversas oportunidades en relación con el proceso académico hacia el perfil de egreso desde sus competencias profesionales y riqueza humana.
Es adicional a lo académico para identificar las necesidades de los estudiantes y ofrecer distintas oportunidades entendiendo las condiciones que les rodean.
En este aspecto se implementaron actividades de desarrollo humano-cristiano y de competencias profesionales.
Para Gainsa ver las imágenes de un instituto vacío no tenía sentido. Afortunadamente cayeron en la cuenta que sin los muchachos este proceso no tiene razón de ser.
Por eso activaron las redes sociales como medios de interacción. A través de la creación de una micro campaña hablaron los ex alumnos para que motivaran a quienes corrían la tentación de quedarse en el camino.
Desarrollaron Semana cultural en el IUJO Caracas. Tuvieron un lunes de bachata, un martes de teatro, un miércoles de danza, un jueves de percusión y los viernes sociales.
Como novedad en medio del distanciamiento físico lograron impartir clases de Educación Física vía what sapp, ya que sus profesores se capacitaron en el manejo de esta herramienta para socializar este conocimiento práctico.
Como propio de toda acción de Fe y Alegría se trabajó y se atendió la dimensión espiritual.
En esa línea se logró la consolidación de un equipo nacional de pastoral integrando a los docentes.
Pudieron vivir la maravillosa experiencia de los ejercicios espirituales en la vida cotidiana. Más de 75 personas se anotaron en esta vivencia guiadas por un laico.
El acompañamiento como herramienta para acercarse las realidades duras que estaban viviendo en la comunidad estudiantil sirvió para propiciar momentos de encuentro y compartir.
En la llamada dimensión comunitaria realzó la participación especial de las familias. Sus hogares se convirtieron en escenarios del desarrollo académico. Los familiares de los estudiantes eran los primeros que escuchaban sus exposiciones, sus logros y aprendizajes.
En el Iujo Petare se creó el Cenae, Centro Nacional de Atención y Educación, «recréandonos en familia desde la virtualidad, con equipos de estudiantes que se reúnen a atender casos de educación especial».
También, desde la creatividad, implementaron los cursos e-móvil de literatura clásica y de poesía.
Y Gainsa cerró con una frase inspiradora y retadora: «Tan cerca de nosotros no había estado el Señor porque no habíamos vivido tan inseguros».
¿Quiénes son los jóvenes de hoy?
El jesuita Jesús María Aguirre, profesor titular de la UCAB, integrante del Centro Gumilla, e investigador del quehacer comunicacional le puso el cierre a este foro con broche de oro.
El catedrático compartió sus reflexiones sobre el tema relacionado a los Retos para la educación y formación de jóvenes en el ámbito universitario.
En sus recientes investigaciones sobre la juventud venezolana dice que para estos efectos prefiere definir a los jóvenes que se ubican entre 15 y 20 años.
Actualmente hay 8 millones en este intervalo de edad en Venezuela.
Aguirre apunta algunas de las características que distinguen a esta población en nuestro país.
Indica que ha venido descendiendo el nivel de acceso educativo del 88 al 71 por ciento en los últimos tiempos.
Realidad que está seguro ha aumentado mucho más en la pandemia, aunque todavía no hay precisiones numéricas en estos momentos.
En cuanto al nivel de desocupación laboral más del 30 por ciento de los jóvenes en edad de trabajar se encuentra en este parámetro.
En el renglón del nomadismo, categoría que se inscribe en la dinámica de los movimientos migratorios, el sacerdote apunta que de estos 3 de cada 5 son jóvenes entre 15 y 29 años que se han ido del país.
Fenómeno que contribuye a la pérdida del llamado bono demográfico.
En relación al grado de adultez en la juventud venezolana influyen la iniciación muy temprana a la vida sexual, la falta de protección y embarazo precoz. Según las estadísticas nacionales existen más de 1 millón de embarazos no planeados en Venezuela y ha aumentado vetiginosamente el número de muchachas que son madres antes de los 18 años.
Para el investigador social los jóvenes de hoy en día son los llamados Nativos Digitales que se distinguen porque reciben múltiple información, tenen metas a corto plazo, desarrollan procesos de inferencia inductiva, asumen el uso de las Tic´s como como sustitutivo de la realidad, y recurren al uso de multiplataformas para interactuar.
En su análisis expone que en tiempos de la pandemia se ha incrementado el trabajo doméstico para los jóvenes, sobre todo hacia las mujeres y se ha estado bajando el tiempo de estudio,
Asevera que los chamos prefieren actividades deportivas, religiosas, entendidas éstas como las actividades que les permita congregarse, renirse, encontrarse y no como actividades litúrgicas o religiosas propiamente dichas.
En ese sentido, acota que existe una sobre oferta en el campo religioso, una especie de competencia hacia la población juvenil venezolana.
Esta dinámica va acompañada de una relativización del campo axiológico. Es decir, en el campo de los valores morales y éticos.
Desde esta lógica se da la predominancia de la cultura fragmentaria, la conducción hacia una autorrealización. Cree que «cada quien se teje su religión».
En cuanto al llamado consumo cultural refleja que cerca del 59 por ciento de los jóvenes se apunta hjacia una permanente conectividad; un 65 por ciento se orienta hacia una atención al móvil.
Entre sus vaticinios asoma que para el 2021, el 70% en de la información va a ser fake news, por lo que este sería un campo a abordar por los programas de formación y educación universitaria.
También alerta sobre la prevalencia de un relativismo de valores con una gran disolución de los vínculos sociales entre los jovenes
Desde esta perspectiva, Jesús María Aguirre plantea que las universidades han dejado de tener la hegemonía en la sociedad del conocimiento.
Se ha escenificado una predominancia de los saberes tecnológicos por encima de los humanísticos
Aprendizaje continuo para toda la vida.
Por eso para él los retos formativos en el ámbito de la educación universitaria deben tamizarse por las dinámicas de
saber responder a las demandas contextuales impuestas por la sociedad red. Y tener una adaptación creativa
Propiciar procesos de cambio que pasen de la autorreflexibilidad a enseñar a aprender procesos.
Propone implementar acciones de capacitación para la innovación, para la reflexión, para la complejidad (aprender competencias); trabajar desde la inteculturalidad que implica tener empatía.
Igualmente formar y educar para el servicio, para el compromiso social y político y abundar en la preparación en competencias como la informática, la lógica omnicanal y la capacidad reticular o analítica.