En Guajira «si nos quedamos en casa nos morimos de hambre»

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Foto: Norma González/Radio Fe y Alegría Noticias

Ante la falta de empleo, principalmente en tiempos de pandemia, algunas familias  en la Guajira venezolana cada vez se las ingenian para obtener ingresos económicos, a pesar del riesgo que corren, acudiendo a distintas trochas que se encuentran en esta línea fronteriza al norte del estado Zulia.

La realidad de los pobladores de esta región zuliana se hace más difícil por la falta de acceso a empleos que les ofrezcan buenos términos laborales.

Los únicos puestos de trabajo que se pueden conseguir en esta zona fronteriza de la Guajira son los del trabajo informal. Los hombres wayuu se dedican a trabajar como choferes, moto taxistas o carretilleros que a diario salen a la raya de Paraguachón.

Y las mujeres trabajan por día como empleadas domésticas, pero otros se vieron obligados rebuscarse para sobrevivir de la situación que actualmente golpea a cientos de familias venezolanas.

Luis Emilio Paz, un hombre de 67 años, se vio la obligación de ir y rebuscarse en las trochas para medio comer. “Yo solo pido colaboración con un mecatico que tengo aquí para sobrevivir, cada carro que pasa me lanza  100 pesitos, pero yo los agarro de buena fe y buena voluntad y esto me sirve para comprar agua. A veces en el día no alcanzo a recoger ni 5 mil pesos, es difícil y humillante  estar aquí porque muchas veces recibimos insultos de otros conductores y ayudantes», relató a Radio Fe y Alegría Noticias.

Luis Emilio Paz/Foto: Norma González/Radio Fe y Alegría Noticias

Por su parte, Andrea Zambrano también contó que “no tenemos nada en la casa y salimos a pedir una colaboración por estas trochas, lo que recogemos nos sirve para solventar la comida en nuestros hogares, si nos quedamos en casa nos morimos de hambre, aquí vienen niños, ancianos y en su mayoría mujeres que a diario se colocan en las trochas desde tempranas horas para recoger las moneditas de 100  o 200 pesos que lanzan los conductores que pasan por aquí».

A la orilla de estos caminos polvorientos se pueden ver también a niños de 7 y 8 años de edad que sostienen las cabuyas o mecates que colocan de extremo a extremo cuando se acerca un carro.

Unos 100 pesos colombianos (aproximadamente 100 mil bolívares) es que reciben los mecatearos por cada carro que pasa por estos caminos.

Pasar 11 horas en estas trochas no es fácil para estas personas que a diario buscan solucionar el sustento diario en sus hogares. Las dificultades económicas en la que se encuentran las familias en esta región fronteriza  de la Guajira se vuelve cuesta arriba en estos últimos años y que en la actualidad sufren por múltiples factores que han afectado su cotidianidad y su vida.

Por Norma González/Radio Fe y Alegría Noticias