Monseñor Manuel Díaz, arzobispo de Calabozo, ofició la misa en celebración de los 300 años de la Virgen de la Peña Admirable en la parroquia Santa Catalina de Siena de Parapara.
El Arzobispo aseguró a Radio Fe y Alegría Noticias que agradece a Dios porque ya recibieron el decreto de la Santa Sede “en la cual el Papa Francisco autoriza la coronación canónica de esta imagen venerada, no solamente aquí en Parapara, sino también en toda la arquidiócesis”.
Monseñor comentó que por motivo de la pandemia no se va poder hacer la ceremonia de coronación a la Virgen, por lo que se aplazó para el año que viene.
“Por lo tanto todavía no tenemos fecha, con toda seguridad no va poder hacer este año, pero eso también no permite preparnos para este gran acontecimiento que requiere de la participación de todos, porque es una honra que el santo padre nos hace. En efecto, la Virgen de la Peña es una avocación autóctona, es decir, propia de nuestro territorio”, explicó.
Por su parte, el padre José Luis Fuentes, administrador parroquial de la Iglesia donde se encuentra la reliquia de la Virgen de la Peña, expresó que para su feligresía es un momento de júbilo y alegría de que la virgen sea coronada.
“La coronación canónica de la Virgen de la Peña es para nosotros un motivo de alegría porque es signo de la devoción y de la historia de un pueblo, un pueblo que ama a Dios, ama a la Santísima Virgen y que ha recibido favores incesantes del señor por medio de María Santísima”, agregó.
“Para nuestra arquidiócesis es motivo de alegría, motivo de entusiasmo, sobre todo en estos momentos difíciles, pues el señor se ha mostrado grande con su pueblo, con nosotros y su pueblo lo manifiesta coronando a nuestra madre, coronando a la madre de Dios”, manifestó el sacerdote.
Durante los actos religiosos se tomaron todas las medidas prevención para evitar el contagio de la COVID-19.
Historia de la Virgen de la Peña
La aparición de la Virgen de la Peña se remonta al año 1.720 donde la imagen tallada en una pequeña piedra fue encontrada por un indígena en un lugar pedregoso cercano al río Paya y el Parapara, en las áreas de la actual finca Piedra Azules.
Se conoce que apareció de manera muy resplandeciente sobre una planta de lirio sabanero y por más de 300 años sus devotos reciben milagros de la Santa Madre.