“Ya no comemos ni compartimos. Estamos aislados”, expresó un vecino de Maturín.
Gran parte de la población venezolana acostumbraba a ver las reuniones en familia como un sinónimo de sentarse en una mesa con comida en abundancia.
Ya sea por las restricciones ocasionadas por la pandemia, la migración o la precariedad de la economía, este año el hecho de reunirse a compartir en esta temporada, es un sueño prácticamente imposible para muchos.
Adultos mayores de Maturín ven el panorama de las navidades con mucha tristeza. En un recorrido por las calles de la ciudad, Radio Fe y Alegría Noticias consultó a los ciudadanos cuáles eran sus mayores inquietudes con respecto a la temporada y esto fue lo que respondieron:
“Lo que hay es hambre y tristeza”
El señor Salvador caminaba por las calles del mercado municipal de Maturín con dos bolsitas que a la vista, tenían un aproximado de 10 artículos. Al abordarlo sobre este tema, expresó que en “ese poquitico” iban 30 millones de bolívares.
Al hablar sobre la temporada de fiestas, afirmó que aunque siente tristeza por estar alejado de sus seres queridos, es un alivio tener familiares fuera del país que lo ayuden a mantenerse.
Sobre el tema de los alimentos, refirió que para una persona cuyo único ingreso económico sea el sueldo mínimo, llevar comida a la mesa es casi imposible.
“Una harina cuesta ya un millón y pico de bolívares, la pasta un millón también y eso depende del tamaño”, expresó.
Como muchos otros ciudadanos, criticó la mala gestión por parte de las autoridades para establecer un control de precios y salarios que garanticen que el poder adquisitivo contribuya a una buena alimentación.
“El sueldo no alcanza para nada y lo que dan en los bancos, menos”, expresó.
Relató que en su caso particular, para no verse tan afectado por el alto costo de la vida, se ve en la obligación de dedicarse al comercio informal. Además, expresó que tiene la suerte de contar con hijos que están fuera del país que le ayudan económicamente y así es que “reúne para comprar lo que necesita” en materia de medicinas y alimentos.
“Así es que vivimos la mayoría, con la ayuda que recibimos de afuera”, dijo.
Por Dubraska Hernández | Radio Fe y Alegría Noticias