Para el pasado 8 de abril (Sábado Santo) se reportaron cortes de luz en diversas zonas del estado Mérida. Pasadas tres semanas, estos “apagones” vuelven a presentarse con mayor regularidad, al igual que pasaba a mediados del 2022 y parte de 2021.
Habitantes del estado Mérida informan que las interrupciones eléctricas pueden variar entre media hora, una, dos y hasta tres horas.
Esta situación ha sido documentada por la Organización No Gubernamental Promedehum en su reporte mensual denominado “Mérida se apaga”.
Las fallas del suministro de energía se producen sin previo aviso, a pesar de que la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) en la región andina posee una cuenta de Instagram en la que, por lo general, ofrece información cuando se va a realizar una actividad que implica quitar la luz.
Sumado a los cortes eléctricos, persisten las denominadas “fluctuaciones”: ese fenómeno que consiste en una variación del voltaje, que hace que los equipos y bombillos se prendan y apaguen en cuestión de segundos.
Esta situación afecta el rendimiento de los aparatos al punto que se pueden quemar incluso teniendo un protector de corriente.
Otro asunto es que los cortes de luz no tienen horario ni fecha en el calendario, pues se producen en la mañana, a mediodía, en horas de tarde y hasta en la noche, con lo que se vuelve a mantener en zozobra a la población, además de que se generan complicaciones en el plano económico y en las comunicaciones.
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