Una multitud de personas acompañó el féretro del padre Josiah K’Okal hasta su última morada, donde fue sepultado pasado el mediodía de este martes 9 de enero del 2024.
Las exequias iniciaron con una eucaristía en la catedral Divina Pastora de la capital de Delta Amacuro en horas de la mañana, presidida por el obispo Ernesto Romero.
Una vez culminada la misa, el cuerpo del sacerdote fue trasladado en procesión hasta la iglesia San José de Tucupita, ubicada en el paseo malecón Manamo, donde fue sepultado.
Previamente, el lunes, un grupo musical conformado enteramente por waraos, acompañaron el recibimiento de sus restos en la catedral Divina Pastora de Tucupita.
Las lágrimas, los cánticos y gratos recuerdos, en medio de la tristeza, acompañaron al misionero a su última morada, con la promesa de la resurrección como lo predicó en su vida pastoral y de entrega en este rincón de la Venezuela que tanto amó y sirvió.
Algunos de los testimonios resaltaron las labores y trabajos que efectuó el padre Josiah K’Okal en las comunidades indígenas e instaron a continuar con el gran legado que dejó el religioso, nacido en Kenia. Incluso varios de sus familiares pudieron llegar para despedirlo.
Entre un mar de sentimientos encontrados, el pueblo warao, a quien dedicó su vida entera, otros hombres y mujeres de buena fe y sus compañeros de congregación de la Consolata, despidieron a su querido hermano Josiah K’Okal.
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