Esta es mi carta de presentación

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Graduación de Moisés
Cortesía

Son las 3 y 40 de la fresca tarde caraqueña, en el auditorio Simón Bolívar, de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), del 20 de enero de 2023. Luego, del acto de graduación de licenciados en Comunicación Social, los graduandos, familiares y profesores, como es normal en estas situaciones, nos tomamos las diferentes fotos de rigor.

El caso es que en la antes mencionada graduación está una persona ciega, que al igual que los otros colegas recibió, claro está en medio de una ovación de reconocimiento y respeto a su esfuerzo, su título de Licenciado en Comunicación Social.

Junto a su tía, procede a sacarse fotos como toda persona que está feliz por obtener su triunfo. Cuando se está retratando en uno de los espacios simbólicos de la institución se ofrece un ciudadano para “ayudar” a que el nuevo licenciado quede bien en la imagen; eso si, desde su perspectiva nada respetuosa de la diversidad humana, pues pretendió esconder la discapacidad porque “se ve fea”.

Quien suscribe este artículo, fue la persona ciega que obtuvo su título de Licenciado en Comunicación Social, y en cuando mi tía me sacaba una de las fotografías se apareció este ciudadano para “ayudar, a que salieran bien” las mismas. Entonces, me indicó a dónde mirar, cómo mostrar las medallas y mi diploma de graduando. Pero me dijo: “dame el bastón para que no salga, eso es muy feo para que aparezca en una imagen del recuerdo”. Yo, en el día más feliz de mi vida, sin inmutarme, le respondí: «no voy a dejar mi bastón de rastreo porque esa es mi carta de presentación». ¡Insólito, discriminado en mi graduación!

En la Universidad, al igual que en el ejercicio de la profesión, siempre he recibido respeto y consideración en la mayoría de los casos, pero no es menos cierto que la sociedad venezolana tiene aún un alto nivel de discriminación a pesar de que la Constitución y las leyes prohíben todas las formas de discriminación; es parte del día cotidiano al que nos enfrentamos las personas con discapacidad en el país.

Una muestra del proceso de discriminación se evidencia con la negación en nuestra condición que van desde las denominaciones erróneas del Ministerio del Poder Popular para la Educación: “personas con compromiso visual, diversidad funcional, etc.”; hasta otras más pintorescas de personas que nos califican de ”seres con capacidades diferentes”.

El caso es que todas son discriminatorias porque niegan nuestra condición de personas con discapacidad, reconocida en el artículo 81 de la carta magna. Además, al final, mi realidad por “fea” que parezca es que no veo y eso no va a cambiar porque lo niegue.

En Venezuela, existen unos paradigmas del negar las cosas como si así, por milagro de Dios, van a desaparecer y eso es un problema social, porque nos mal acostumbramos a no llamar a las cosas por su nombre y se niegan las situaciones que al final del día, si no se resuelven, le explotan en la cara al ciudadano.

¿Qué hacer para no discriminar?

Aceptando la diversidad humana, construyendo espacios accesibles, respetando la condición de cada quien, basándonos en los principios del derecho de toda persona a su dignidad y siendo empáticos con nosotros mismos. No debe ser la negación nunca una carta de presentación.

Moisés Quintero es periodista y locutor invidente. @moisesfquintero

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