Las familias damnificadas que se encuentran en los refugios temporales en el municipio Guajira del estado Zulia recibieron atención en cuanto a salud y alimentación.
Durante el fin de semana, organizaciones de la sociedad civil junto a representantes de la Gobernación del Zulia atendieron con bolsas alimentarias y jornadas de salud a las familias que permanecen en el colegio San Francisco de Asís, en Sinamaica, y en los refugios de la parroquia Elías Sánchez Rubio.
“Le damos gracias a Dios y al apoyo social que envió el gobernador Manuel Rosales y al equipo del Ministerio de los Pueblos Indígenas. Aquí (parroquia Elías Sánchez Rubio) este espacio es un refugio (creado) por toda la afectación de las lluvias”, dijo la señora Ana Chacín a Radio Fe y Alegría Noticias.
Familias damnificadas de la Guajira tienen meses pidiendo apoyo
Sin embargo, hizo hincapié en recordar que “necesitamos un apoyo. Aquí en este refugio se encuentran 89 familias, 29 de la comunidad y también en Paraujano hay 26 familias afectadas”.
Por su parte, Mayerlin González indicó que su comunidad está afectada desde mayo de este año. Desde dicha fecha su familia está separada, puesto que algunos están en el refugio José Llorente, en El Molinete (donde se encuentra ella), mientras que el resto está en otro refugio.
Informó que en el refugio en el que está hay un total de 89 familias de su comunidad afectadas por las lluvias. Agregó que 29 familias todavía tienen sus hogares inundados.
González pidió dotación de medicamentos, alimentos, mosquiteros, colchonetas o cualquier otro elemento que les pueda servir de ayuda.
Por otra parte, al menos 24 familias de la comunidad de Campo Alegre, ubicada en la zona rural de la parroquia Sinamaica, tienen sus casas gravemente inundadas.
Los habitantes piden al gobierno atención en salud y agua potable. En Sinamaica, el 90% de los hogares se abastece de agua de pozo, los cuales colapsaron por las fuertes lluvias por lo que la toman con barro tal cual como está. Esto está produciendo enfermedades como diarrea, vómito y fiebre en niños y en las personas de la tercera edad.