“Fe y Alegría me permitió asistir con mi hija y graduarme”

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El año 2007 fue de una lucha constante para María Elia Colmenares, egresada del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) en Lara. Había retomado sus estudios de bachillerato, mientras el padre de su hija le insistía en la pregunta: “¿para qué quieres estudiar?”. Los obstáculos se apilaban en el camino, pero ella y su pequeña siguieron adelante.

Su madre en algunas ocasiones le ayudaba con el cuidado de la niña, aunque le hacía saber que la responsable de su cuidado era ella y nadie más. “Iba con mi muchacha para donde fuera”, dijo Colmenares en entrevista para el programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias.

Contó que el IRFA le permitía ver clases junto a su hija en el salón. “Iba los fines de semana con mi muchacha. Estaba con compañeras que asistían en estado de gestación”, recordó.

Relató que no fue la única que recibió apoyo de la institución: algunos de los hombres que estudiaron con ella trabajaban como vigilantes durante la semana. “No tenían oportunidad de estudiar de lunes a viernes porque trabajaban para buscar el sustento del hogar. De esa manera el IRFA nos brindó esta hermosa oportunidad”, agregó.

Colmenares indicó que el hecho de que su hija la viera estudiar constituía un ejemplo de resiliencia y esfuerzo. “Porque el estudiar te hace ver la vida de una forma distinta”, sentenció.

Una familia en Fe y Alegría

Más que hacer amigos en el salón de clases, Colmenares hizo una familia. Según ella, los compañeros y compañeras se ayudaban mutuamente, se motivaban y compartían valores como la solidaridad.

“Eso es algo que me marcó la vida”, dijo. De hecho, todos están tan agradecidos que al día de hoy buscan la forma de ayudar a quienes les enseñaron durante su formación en el IRFA.

Si había alguien con dificultades para socializar los orientadores les integraban. Por ejemplo, Raiza Mogollón, directora del IRFA Lara-Llanos, les apoyaba económicamente.

“Aún tenemos contacto con nuestra amiga Raiza. Cuando alguien perdía las ganas de continuar allí estaba ella para darle ánimos”, expresó.

Luego de que egresaron del IRFA en 2010 como bachilleres, continuaron sus estudios en la universidad y muchos ahora son profesionales de la República.

Madre e hija derribaron los obstáculos

Para María Elia es muy importante incentivar a otros a que estudien y vivan la experiencia que le cambió la vida a ella.

“Yo estaba en mi casa con mi hija y de repente hacía un trabajito aquí y un trabajito allá. Pero no tenía esa visión de progreso, de ‘vamos a cambiar las cosas’, porque muchas veces nos quedamos en el conformismo”, comentó.

Después de 16 años María Elia se ve al espejo y se dice así misma que todo el esfuerzo valió la pena: ella cumplió el sueño de graduarse y su pequeña, quien la observaba tomando apuntes en clases, tiene 22 años, terminó el bachillerato y comenzará sus estudios como psicóloga social. Juntas derribaron los obstáculos y siguen superándose.

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