Carlos Yemez vive en la comunidad de Macareíto, en Tucupita, desde donde tiene que pagar el pasaje en autobús en dos mil 500 bolívares para arribar al centro de la pequeña ciudad.
El señor Yemez tiene 58 años de edad y se dedica a la agricultura, un trabajo independiente con el que se sostiene junto a su familia. Pero para obtener dinero en efectivo y realizar algunas diligencias personales, tiene que vender parte de sus cosechas.
“Yo suelo venir a Tucupita tres veces a la semana y gasto 5 mil bolívares en pasaje por día”, explicó el deltano.
En una semana, el deltano desembolsa 15 mil bolívares en efectivo solo pagando el pasaje en autobús, un monto que casi se iguala a la quincena de un trabajador que perciba un salario mínimo.
“Mis hermanas trabajan como docentes y dan clases allá mismo. Si tuvieran que venir al centro, no pudieran porque su sueldo no les alcanza”, manifestó el señor Carlos mientras esperaba el autobús para retornar a Macareíto.
De acuerdo con el deltano, apenas un solo autobús presta el servicio de transporte hacia esa ruta de Tucupita.