En el mundo de los inocentes existe una estafa conocida como “el paquete chileno”, el cual consiste en hacer creer al estafado que tiene en sus manos un paquete con oro verde. En economía está la llamada “curva de la experiencia”, la cual representa una gráfica en la reducción de los costes de producción, y en la doctrina cristiana están los “siete pecados capitales”, que resumen las debilidades humanas. De igual modo, en el mundo petrolero, está la llamada “enfermedad holandesa”, un ejemplo clásico de los efectos perniciosos provocados por un aumento significativo en los ingresos en divisas de un país, lo cual en este caso es una amenaza para la economía de la ex colonia inglesa, lo cual conduce en teoría política al Estado fallido.

Esta semana un vocero oficial de la Exxon, sorpresivamente, informó el cese de operaciones de la petrolera estadounidense al anunciar que la empresa se retira de sus actividades en el Bloque Kaieteur, en las aguas profundas de Guyana, debido al poco crudo que ha conseguido; al mismo tiempo que anunció que la empresa continuará con sus operaciones en el Bloque Stabroek, situado aproximadamente a 120 millas (~ 190 km) de Georgetown, en paralelo con el litoral atlántico que se extiende desde la desembocadura del río Orinoco hasta la del río Corentyne; un área que se extiende por 26.800 km², un poco más grande que la superficie total del estado Falcón. Según otras fuentes el testigo operacional lo tomará la israelí Ratio Guyana Limited, la cual se encuentra a la espera de aprobación oficial.

No hay duda de que esta retirada tiene y tendrá efectos negativos sobre el futuro de Guyana y la disposición de los inversionistas de seguir apostando ante las expectativas de crecimiento del país hasta hace poco más pobre de la región, con una escasa y poca experiencia en el manejo de la industria petrolera que data de 2015, debido a que en los años setenta hubo intentos fallidos en las etapas de exploración. El descubrimiento de estos recursos ha generado un debate en el ámbito local e internacional, que incluye los riesgos medioambientales, climáticos y de gobernanza.

Una segunda debilidad son los siete “pecados capitales” que pesan sobre el ambiente socio económico de Guyana. Según Transparency International, la discriminación racial entre las tres razas predominantes en la ex colonia: -la africana, la india y la china) y los amerindios, verdaderos pueblos originarios. El otro pecado es la corrupción. Guyana ocupa el puesto 85, mientras Somalia con 88 puntos está en el último lugar.

La práctica de la industria dicta que debe haber un enfoque de brazos abiertos y que el gobierno debe tener un organismo o comisión independiente que supervise el sector. Esto contrasta con la actual estructura institucional, en la que el regulador está integrado en el gobierno de Guyana. El presidente Irfaan Ali anunció en 2021 que establecería una nueva autoridad independiente antes de finales de ese año, pero en octubre de 2023 la promesa sigue sin cumplirse.

Como tercer pecado es la centralización la cercanía del gobierno al sector petrolero es una señal de alarma: la legislación actual pone demasiado control en manos del Ministro de Finanzas, y no hay ningún mecanismo para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.

Cuarto: Guyana ocupa la posición 98º en el ranking de transparencia. La ley de transparencia de Guyana está vigente desde 2013 y con ella ha obtenido 69 puntos en el Índice del derecho a la información o ranking de transparencia. Con esa puntuación se sitúa en el puesto número 98, de los 123 del ranking del derecho a la información. Se encuentra entre los países con una legislación menos proclive a garantizar el derecho a la información

La enfermedad holandesa. El término surgió en la década de 1960 cuando los ingresos en divisas de los Países Bajos, en la actualidad en Guyana, aumentaron considerablemente a consecuencia del descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural como en Holanda. Como resultado del incremento de ingresos de divisas, el florín, la moneda neerlandesa, se apreció, es decir, aumentó su valor perjudicando la competitividad de las exportaciones no petroleras del país. De ahí el nombre de este fenómeno, que si bien no se relaciona con el descubrimiento de algún recurso natural, puede ser el resultado de cualquier hecho que genere grandes entradas de divisas, con un notable repunte, la asistencia externa y la inversión extranjera directa y la corrupción como daño colateral.

Con cuatro de los siete males que sufre Guyana, no hay duda de que si o hay los ajustes necesarios en la administración y gobernabilidad, el futuro de las actuales y nuevas generaciones no está garantizado. Al tener en puerta un conflicto mucho más grave como es su integridad territorial cuando Venezuela demuestre ante la Corte Internacional de la Haya, a) la nulidad del Laudo de París de 1899, b) presente la documentación histórica y tradición jurídica sobre el Esequibo, con su proyección marítima sobre el bloque Starbroek y donde tiene situadas su esperanzas y c) demande las medidas cautelares ante los tribunales a objeto de suspender las operaciones petroleras en resguardo de nuestros intereses económicos, recursos naturales medio ambiente. Ante esta sorpresiva retirada de la Exxon, los guyaneses como súbditos de Inglaterra, ante las posibilidades de un Estado fallido que pesan en su gobernabilidad, solo les queda gritar a viva voz: Dios salve al rey.

Gerson Revanales es internacionalista y profesor universitario. @grevanales

Las opiniones expresadas en la sección Red de Opinadores son responsabilidad absoluta de sus autores.