Nos jugamos el futuro del país

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Foto: Willmary Carmona

Fe y Alegría Venezuela realiza un trabajo educativo partiendo del principio de que los niños son sujetos de derecho y todo derecho tiene un valor correlativo por una educación de calidad, dijo el Padre Manuel Aristorena SJ, director de Fe y Alegría Venezuela.

Como movimiento de educación, Fe y Alegría se ha encontrado con una educación que se ha ido complicando debido a la dificultad de acudir a las escuelas por falta de presupuesto familiar.

Este lunes, su directiva, docentes, alumnos y representantes realizaron una rueda de prensa para exponer la vulnerable situación en la que se encuentra el personal y sus alumnos.

Los niños tiene muchas ganas de estudiar pero se encuentran con dificultades y también ocurre con el personal que en ocasiones necesitan más de la mitad del sueldo porque deben hacer hasta tres trasbordos.

Al virar hacia el personal, son personas de alta calidad y una gran mística y es lo que hace posible que el trabajo de Fe y Alegría siga existiendo, pero también hay quienes se han visto superados por la crisis humanitaria aunque tiene mucho entusiasmo y compromiso.

A juicio del Padre Manuel Aristorena, está “en juego la calidad educativa de los niños, niñas y adolescentes y por tanto es un país que va perdiendo viabilidad y sin una educación de calidad, no tendremos jóvenes que salgan a la vida con un trabajo digno”.

Debido a la migración de docentes ha surgido una avanzada notable de docentes nuevos que no suman para que la educación sea mejor.

Durante la rueda de prensa, la directiva de Fe y Alegría convocó a todos los gremios, al Ministerio de Educación y al gobierno de Venezuela a tomar «muy en serio» la educación.

“Que nos demos cuenta que nos jugamos el país para que una personas sea auténtica y valiosa. Solo así es posible un país auténtico y valioso. El país no son las riquezas familiares, son la gente”, dijo Aristorena.

Una educación en emergencia

Noelbis Aguilar, Directora Nacional del programa Escuela de Fe y Alegría, aseguró que dentro de la labor educativa también se ha podido palpar un hecho que es reiterativo como urgente de reconocer y asumir para poder superar la crisis educativa: «tenemos una educación en emergencia».

Aguilar resaltó que el 25% del personal se ha ido por bajos salarios, lo que afecta la calidad educativa, por lo que invitaron a las madres para que se sumen y realizar ajustes en la programación escolar para alcanzar la mayor calidad posible.

Sin embargo, acotó, el 80% del personal no está exento de abandonar sus cargos, por lo que instó al gobierno prestarles mayor atención y garantizarles sus servicio básicos.

Son unas 80 madres que han asumido la responsabilidad de acompañar un curso para garantizar el funcionamiento de las aulas y el cumplimiento del contenido curricular por lo que se ha aplicado la evaluación continua.

Hasta el 15 de octubre, existen 9 mil 019 cargos aprobados para Fe y Alegría a través de la Asociación Venezolana de Educación Católica, de los cuales, 7 mil 244 están activos, pero 1.775 han abandonado las aulas ante la crisis humanitaria en Venezuela.

Casi 9 mil niños han sido abandonados o «dejados atrás» por sus padres al migrar hacia otros países y son detectados por comportamientos inusuales que van asumiendo.

Desde Fe y Alegría se asumió el compromiso de desarrollar investigaciones y contribuir con un trato especializado con la ayuda de algunas organizaciones no gubernamentales.