Hoy, 24 de diciembre, celebramos el Cuarto Domingo de Adviento y la Iglesia nos invita a contemplar a María Virgen, a punto de dar a luz.
Ella, desde aquel “¡sí!” con el que respondió al ángel el día de la Anunciación, empezó a preparar su humilde hogar al ritmo con el que iba preparando también el corazón para acoger a su Hijo Jesús, el Salvador.
Y, ahí no queda todo. La Doncella de Nazareth no se queda ensimismada, no se aparta de la realidad: sale al encuentro de su prima Isabel sin temor, llevando a su bebé, Jesús, en el vientre. La “Virgen del Adviento” acude en ayuda de quien está en necesidad.
¡Benditos nueve meses de gestación! Todo el amor del mundo se iba gestando en el vientre de María.
A partir de consideraciones como estas, la Iglesia, en su sabiduría, nos recuerda que es María Santísima, quien nos abre -de par en par- las puertas de la Navidad. Ella es puerta y medio para alcanzar el cielo.
Lectura del Evangelio del Cuarto Domingo de Adviento según San Lucas:
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia (Lc 1, 26-38).
Nota aclaratoria sobre los últimos días de Adviento:
Este año 2023, el sábado anterior a Navidad es el 23 de diciembre, día propicio para esta Oración Mariana. Al día siguiente (24) hasta el mediodía se celebrará el Cuarto Domingo de Adviento. Ya entrada la noche la Iglesia ha de celebrar la Nochebuena, víspera de la Natividad (25 de diciembre). Esta cercanía entre las celebraciones mencionadas suelen suceder cada cierta cantidad de años y no constituyen ni algo inesperado, ni algo problemático.
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