La violencia paramilitar en Colombia provocó el confinamiento de por lo menos 700 familias de pueblos originarios de tres ríos en el Bajo Baudó, Chocó, lo cual fue denunciado por representantes de la comunidad indígena.
Se trata de 700 familias en Chocó quienes han quedado a merced de la presencia de grupos paramilitares en la zona.
Son cerca de 2.000 habitantes pertenecientes a las comunidades de los ríos Docampadó, Ijuá y Orpúa, quienes aseguran sentirse atemorizados por la presencia, entre otras, del Clan del Golfo y las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) en la zona, según el líder indígena, Denis Cabeza.
Continúa el miedo
De acuerdo a Cabeza, ya suman cinco días en alerta y las autoridades del Estado colombiano aún no responden al llamado de las comunidades de pueblos originarios.
El líder de la comunidad dijo sentir miedo porque en cualquier momento los grupos paramilitares en pugna se pueden enfrentar y no quieren quedar en medio de las balas; además que nadie ha podido salir de su casa ni a pescar ni a recoger cultivos.
El secretario general y de gobierno del municipio de Bajo Baudó, Janio Posso indicó que, no obstante la situación, no será hasta el miércoles que realizarán un consejo de seguridad para evaluar la situación aunque reconoció que es preocupante la condición humanitaria en la zona.
Desde la semana pasada, la organización de monitoreo de los Derechos Humanos, Wondeko, envió una alerta temprana a la Defensoría del Pueblo, sobre el riesgo de confinamiento en Buenavista, Unión Pitalito, Puerto Chichiliano, Puerto Piña, Puerto Mango y Bajo Grande, donde sus habitantes ya contemplan un desplazamiento a otro territorio.
Varios congresistas se han hecho eco de las denuncias de posibles desplazamientos forzados.
Fuente: Telesur, Twitter