Carlos Colombo, comerciante informal desde hace más de 20 años en Barquisimeto, aseguró que muchas veces los precios del mercado son establecidos de acuerdo a la tasa del dólar paralelo, aunque a la hora de cobrarse se haga al valor oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
Esto dificulta que los ciudadanos puedan comprar, porque si el producto costaba 10 dólares, se aumenta a 12 para que el comerciante no tenga pérdidas.
Colombo manifestó, en el programa Punto y Seguimos de Radio Fe y Alegría Noticias, que muchos no saben por cuál tasa guiarse, puesto que incluso la oficial sube diariamente.
Puntualizó que, mientras en 2021 podía ganar en un día $70 USD ventas, ahora solo gana $15 USD, debido a que en el 2021 la divisa estaba mucho más estable y la gente tenía la confianza de comprar porque los precios no se elevaban todos los días.
Colombo lamentó que tanto el gobierno como muchos ciudadanos piensen que los buhoneros son una «plaga», que está atravesada en las calles.
“Nosotros los comerciantes informales, somos personas necesitadas, trabajadoras, que tomamos la calle para trabajar dignamente. No porque queremos, sino porque el país no ofrece buenas ofertas de trabajo formales, no hay suficientes empleos y el sueldo mínimo son $10 dólares”, expresó.
Expresó que los usuarios están nerviosos, adquiriendo únicamente lo necesario, a la expectativa de qué va a suceder, si se estabilizará o no el dólar, mientras preguntan de manera insistente si se cobra a la tasa del dólar paralelo o la oficial.
“Si lo cobro al paralelo pierdo ventas, pero el comerciante en el local si le pagas en bolívares ellos te cobran al paralelo, entonces me ha tocado comprar la mercancía con dólares en físico”, dijo Colombo.
Peticiones al Gobierno
Por otra parte, declaró que los comerciantes informales esperan que el Gobierno Nacional logre estabilizar el dólar y que los dejen trabajar en las aceras de las calles hasta el 31 de diciembre, porque son padres de familia, que necesitan llevar el “niño Jesús” a sus hijos y que ellos volverían el 1 de enero a los terrenos asignados.
Esto último a causa de que el gobernador de la entidad los retiró de las calles de forma arbitraria, según Colombo, desde el 3 de enero, reubicándolos en un terreno del cementerio, pero en una línea que no está asfaltada en su totalidad.
“Hay personas en la parte del frente que pueden vender y otros que están como escondidos. Muchos dicen que hacen falta los buhoneros porque llaman al comercio, incluso en los locales, es una cadena. Si la gente ve la calle vacía no se acerca”, aseguró.