Joven barquisimetano se aferra a Dios y emprende su marcha hacia Perú

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Foto: Isaura Ramos

Dejar a su hija de 7 años, a su esposa y a su mamá es lo más duro, pero no tiene miedo de ir a Perú, asegura que la necesidad y la esperanza de mandarle dinero a su familia para alcanzar una mejor calidad de vida es su principal motivación.

Compartimos la historia de Elvis, quien migra por segunda vez a Perú. Trabaja de bus en bus charleando, haciendo reír a los peruanos para vender dulces y ayudar a su familia en Venezuela.

“Tengo la fe y la esperanza de volver a Venezuela, no es fácil separase de la familia, con la bendición de Dios me va a ir bien”.

La decisión no fue fácil, asegura Elvis, lo conversó con su esposa y llegaron al acuerdo de tener que migrar por segunda vez. “Eso de separase de la familia no se lo deseo a nadie”.

Con una mezcla de esperanza y de tristeza, Elvis viaja por la frontera del Alto Apure, Lleva una pequeña maleta con algo de ropa y su recuerdo más preciado: las cartas que le hizo su hija este 14 de febrero y un par de fotografías,  dice que no las puede ver ni leer porque es muy doloroso.

Le dijeron que era más fácil y menos obstáculos.  “Por estos lares es más cerca y menos riesgoso, no molestan tanto en las alcabalas”.

Elvis emigró la primera vez con su esposa e hija, estuvieron en Perú por dos años. La meta era hacer un capital para construir sus casa e iniciar un negocio con autonomía y así fue.

Volvieron a Venezuela y comenzaron a construir su vivienda por el sector La Ruezga, en Barquisimeto. Les falta frisar y hacer una habitación extra, cuenta.

Pero el trabajo duró por  dos años junto a su esposa, en Perú, y les dio la oportunidad de construir un techo propio y comprar una moto donde se desempeña como moto taxista por las calles de Barquisimeto.

Y aunque todo iba bien, al cabo de un tiempo con la crisis económica galopando, la gasolina para la moto escasa y en divisas, les llevó a tomar la decisión de emigrar por segunda vez.

Esta vez viaja solo con Dios, asegura que no tiene miedo de lo que dicen de Perú y la xenofobia porque el que anda con Dios siempre le va bien.

Sin embrago, no quiere arriesgar a la familia. Y esta vez sigue su camino a Perú con fe, esperanza y el corazón partido. “Somos más los buenos que los malos, los que salimos del país salimos a trabajar y a luchar por la familia que queda en Venezuela y por un mejor futuro”, acota.

Este venezolano espera llegar a Perú y comenzar a trabajar de una vez en los buses, ya tiene experiencia y afirma que hay muchos peruanos buenos que se ríen y compran los productos que él vende. “No pensé tener que emigrar otra vez pera la situación del país es caótica, me voy por un año y no es por débil, es que la familia no se debe dejar sola. Sé que debería estar con ellas, voy a buscar capital para poder trabaja en Venezuela”.

Será un año muy largo para esta joven familia venezolana que se ve obligada a disgregarse por la grave situación que enfrentan en el país.

“A todos mis paisanos tengan fe! Algún día nuestro país va a cambiar, pronto saldremos de esta. A trabajar para dejar la frente en alto en los otros países, que sepan que somos trabajadores”, termina su relato Elvis, que solo viaja con Dios.