La realidad que enfrentan los jubilados del Ministerio de Salud no les permite vivir la vejez con dignidad.
Este es el caso María Díaz, quien laboró por 38 años como enfermera en varios centros de salud, pero principalmente en el hospital Israel Ranuarez Balza de San Juan de los Morros.
En este hospital, esta jubilada despidió a dos de sus colegas más queridas, que fueron a buscar tratamientos para una enfermedad y no encontraron nada.
“Uno tiene que traerse la inyectadora, tiene que traerse todo, aquí en este hospital se han muerto varias colegas y hay dos que me han dolido mucho, que es la señora Aida Marín y mi compañera Sony», se lamentó Díaz.
«Como es posible que cuando a Sony la trajeron no tenían ni siquiera una ampolla y tuvo que salir otra colega a comprarla. ¿Y qué le dijo Sony?, ¡No vayas para ninguna parte que me estoy muriendo!, eso es injusto.
Para esta enfermera es triste ver como la salud está en crisis, a pesar de haber entregado su vida a esta profesión.
“Nosotros salimos todos enfermos, con problemas en las piernas, con problemas de tensión, tenemos que estar mendigando una pastilla, uno viene al hospital y da vergüenza”, denunció.
En la actualidad, está enfermera jubilada vive de una pensión que no cubre ni la cuarta parte del tratamiento para la tensión que tiene que tomar de por vida.
“Nosotros por el Seguro Social recibimos 7 bolívares, señores, qué se compra con 7 bolívares, por favor, acuérdense que nosotros dimos nuestras vidas, ya yo voy a tener 70 años y sigo luchando”.
Díaz espera el gobierno nacional se reúna con los sindicatos de salud y de ese modo puedan llegar a firmar un nuevo contrato colectivo que traiga beneficios para los trabajadores activos y jubilados.
“Nosotros necesitamos que se arregle nuestra situación, que en realidad tengamos un sueldo digno, que alcance para cubrir la cesta básica. Yo le digo algo, aquí hay personal capacitado pero si no tienen insumos, cómo trabajan, imaginasen qué pueden hacer”.