Raúl Gorrín, presiente del canal televisivo Globovisión, ha sido citado por un juez de la Audiencia Nacional de España por su presunta vinculación con una organización criminal dedicado al saqueo de Pdvsa y posterior blanqueo de capitales.
Se conoció que Gorrín tiene una cita ante la justicia española pautada para el 26 de febrero, y acordó con un juzgado de Madrid la entrega de varias fincas de las cuales es propietario como parte de las negociaciones que lleva después de ser sancionado y solicitado por parte del gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, las mismas autoridades de España temen que la presentación de Gorrín ante el juzgado no ocurra por temor a ser detenido y deportado a Estados Unidos debido a que es acusado por corrupción y su nombre figura entre los más buscados de la administración de Donald Trump.
Para el mismo 26 de febrero, la justicia española también citó a José Roberto Rincón Bravo, en calidad de investigado por su vinculación con Gorrín y quien figura como propietario de la finca “La Losilla”, que a su vez habría sido adquirida por Gorrín, ubicada en el municipio Villarejo de Salvanés, en las adyacencias de Madrid.
Según el gobierno español, investigaciones internacionales han permitido saber que el padre de Roberto Rincón Bravo fue directivo de Pdvsa y está implicado en hechos de corrupción y lavado de dinero, cargos por los cuales está detenido en Estados Unidos.
Como testigos, el tribunal español ha citado a Ceciree Carolina Casanona, exgerente de Recursos Humanos de la Electricidad de Caracas, y propietaria de la empresa que comparte domicilio social con sociedades del exministro ya imputado en España Javier Alvarado Ochóa.
Señalamientos que pesan sobre Gorrín atribuidos por el gobierno de EE.UU
Sobornos a dos altos cargos venezolanos, incluido el extesorero nacional Alejandro Andrade, para realizar transacciones de cambio de divisas a tasas favorables para el régimen venezolano.
Pago de gastos relacionados con aviones privados, yates, casas, caballos, relojes de alta gama y una línea de moda.
Para ocultar los pagos de sobornos, añade la Justicia norteamericana, realizó pagos a través de múltiples empresas fantasmas.