«La bajada es un gesto de humildad y desprendimiento»

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Radio Fe y Alegría Noticias

Con un altar vestido de manteles y flores blancas y con proyecciones de luces azules radiantes la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue el escenario perfecto para que la Chinita bajara de los altares «como signo de amor y de humildad» en una sencilla ceremonia este sábado 31 de octubre.

El arzobispo de Maracaibo José Luis Azuaje presidió la misa que engalanó este acto tradicional que si bien se repite año tras año en esta oportunidad estuvo marcado por el sentimiento de contar con «María, salud de los enfermos».

Aunque en principio se anunció por parte de las autoridades eclesiásticas que sería una bajada «virtual», en virtud de minimizar los riesgos de contagio de Coronavirus, al final se permitió una reducida presencia de feligreses preservando las normas de bioseguridad.

En su exhortación pastoral monseñor Azuaje apuntaba que «la bajada de la Virgen» es un simbolismo que refleja una acción de amor y un gesto de desprendimiento, «como cuando los papás se ponen a la altura de sus hijos, se abajan para acariciarlos, para hablar, jugar con ellos y a veces para llamarle la atención».

Para Azuaje lo que quiere transmitir la virgen María, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, con su nueva bajada «es que construyamos la cultura del diálogo, del encuentro, de la fraternidad».

Añade que María «baja para compartir con nosotros como compañera de camino». Recordó que también a la virgen morena se le puede llamar «campeona de la salud».

En su reflexión enfatizó que hoy en día es necesario transitar por el camino de la humildad, de la solidaridad, del servicio «antes del dominio con palabras que suenan a hueco o a vacío».

Recordaba que la llegada de esta pandemia nos ha remarcado que «solo no podemos…ha roto la cultura del individualismo desde el marco comunitario.

En este punto el prelado habló fuerte cuando dijo que éste ha sido un giro «para quienes creen que pueden lograr cosas para sí sin pensar en los otros…o nos salvamos todos o nadie se salva».

Reconocimiento a los médicos y operadores de salud

Realzó la labor de los médicos y otros trabajadores de la salud que se mantienen al pie del servicio a los enfermos de Coronavirus. «Es un cambio de mentalidad y el mejor ejemplo nos lo dan ellos», cuestionando que aún no cuentan con las condiciones necesarias, justas y seguras para seguir prestando esa atención «en primera fila». Un llamado fuerte que le hizo a las autoridades sanitarias y regionales.

Sobre la realidad del Zulia dijo que estaba «árida y llena de sequedad» impregnada de una «impotencia que ha acabado con la actitud aguerrida del zuliano, que es luchador, inconforme…como lo expresan en la cultura gaitera tantos compositores al recoger la vivencia de nuestro pueblo».

El también presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana alertó de que «no podemos ser mezquinos al pensar que Dios nos ha abandonado».

Iglesia recibe presiones

Al final, el arzobispo reveló que la Iglesia venezolana ha recibido presiones para «la continuidad de las actividades culturales y pastorales». Y aunque no lo mencionó de manera explícita remarcó que no es el gobierno el que impone las fechas para la reapertura de los templos sino cuando las condiciones «de protección a nuestros feligreses así lo permitan».

En el caso específico de las tradicionales misas de los días de los santos y de los fieles difuntos manifestó que «vamos a tener todo el mes de noviembre para recordar a nuestros santos y difuntos».

A Chiquinquirá le pedimos que cuide con afecto maternal a este mundo herido. A ti María, salud de los enfermos, te lo imploramos.