¿Por qué es necesario priorizar la educación en las respuestas humanitarias y de desarrollo en los países una vez que se vaya superando el contexto de la pandemia del Coronavirus?
Esta fue la pregunta generadora del seminario virtual que se llevó a cabo este lunes 12 de octubre organizado por el Clúster de Educación de Venezuela.
Este espacio de convergencia y articulación de agencias, organizaciones e instituciones como Unicef, Fe y Alegría, Avec, Ministerio de Educación y otras más vinculadas al tema de la educación tienen tiempo encontrándose para formular y aplicar planes, programas y estrategias de atención en los que el derecho a la educación de calidad se preserve integralmente.
Henry Renna, coordinador del Clúster, fue el moderador del encuentro en donde se fueron compartiendo reflexiones, análisis, propuestas y sueños.
Abrió los fuegos Peter Grohmann, Coordinador Residente de Naciones Unidas en Venezuela, quien cree que la complejidad humanitaria y la pandemia han cambiado el enfoque del trabajo en el área educativa.
Antes era prioritario mantener a los niños dentro de las escuelas. Ahora el reto, bajo la modalidad de la educación a distancia, es ver cómo darle acceso a todos para que este derecho universal sea garantizado.
Por su parte, Javier Álvarez, Representante Adjunto de la UNICEF Venezuela habló sobre los efectos colaterales del confinamiento que, según su criterio, ha llegado con más impacto a la infancia.
Indicaba que de 191 países en el mundo, ya en 29 Unicef ha venido desarrollando un plan de respuesta humanitaria que atiende a unos 250 millones de niños, niñas y adolescentes.
Venezuela es uno de los países que está incluido en este plan global en donde no solo se brinda apoyo a las instituciones educativas sino también se incentiva a las familias para que se siga atendiendo, a la distancia, la educación.
Para Álvarez, junto con la salud, la educación debe ser una prioridad en la era post pandemia.
Debemos unirnos
El turno le correspondió a Youssef Filali-Meknassi, Director de la Oficina de la UNESCO en Quito y Representante para Bolivia, Colombia y Venezuela.
Habló que la educación de calidad no podrá lograrse sin alianzas y trabajo conjunto. Requiere del sistema de la ONU, los Estados, organizaciones de la sociedad civil y de la academia.
El funcionario enfatizó que la educación es un derecho en sí mismo y es un derecho habilitante porque fomenta la inclusión, la articulación de sanos estilos de vida y permite aumentar los ingresos, disminuye la pobreza, incrementa la cohesión social, fomenta la productividad.
Destacó que en el último informe de la Unesco se remarcó la importancia de preservar en todo proceso educativo los principios de la equidad, la igualdad e inclusión.
Mucho más ahora en este contexto de pandemia en el cual tiene que garantizarse el acceso a la educación de calidad bajo diferentes modalidades.
Filali-Meknassi explicaba que antes de la llegada de la COVID-19 uno de cada 5 niños estaba excluido del sistema educativo. Y al menos en 30 países casi ninguna mujer joven ha logrado completar la educación secundaria.
Efectos que ha venido agrandando la pandemia que «también ha logrado relucir las profundas desigualdades sociales y económicas».
Por eso afirma que el trabajo más importante es derrumbar las barreras que impiden el acceso igualitario a las oportunidades de educación.
Revela que los hijos adolescentes de refugiados y desplazados sufren tres veces más los riegos de no poder asistir a las escuelas en los países a donde llegan.
Las familias con niños con discapacidad también se enfrentan a desafíos complejos ya que los jóvenes tienen casi tres veces de probabilidad de no poder seguir las clases a distancia.
Y los estudiantes que se identifican como LGBT también son excluidos de la educación.
Prosiguió en el ciclo de intervenciones Kiara Rivera, del Clúster global de educación.
Desde una perspectiva feminista señala que el cierre de las escuelas ha sido una medida drástica para las mujeres. Y apunta que solo 1 de cada 3 niños ha podido acceder a la educación remota.
Atender a los Niños con condiciones especiales que estaban en centros de desarrollo infantil dentro de la casa ha supuesto una sobre carga para las mujeres trabajadoras.
La tendencia que se proyecta a futuro es peor a la actual en cuanto a las pérdidas de aprendizaje permanente.
Rivero afirma que los registros de la violencia contra las mujeres y niñas han aumentado durante la pandemia.
Aboga por que los gobiernos incluyan a las escuelas como prioridad para la reapertura de actividades económicas y laborales ya que pueden brindar un servicio esencial de aprendizaje, de seguridad y de salvar vidas.
La educación promueve la resiliencia
El siguiente momento fue para Ruth Custode, especialista de educación en emergencia de la Unicef.
Su exposición estuvo orientada a indicar que la educación es el primer servicio que se interrumpe y es el último que se restituye en contextos de crisis humanitaria.
Como escandaloso anunció el dato de que solo el 2 por ciento del presupuesto nacional es el monto que se destina al área de educación en la mayoría de los países.
Es muy difícil que los niños vuelvan al método tradicional. La educación tiene que ser un imperativo en todo tipo de reactivación, incluso para el diseño de una nueva normalidad.
De otros países que han sufrido catástrofes naturales reseña que después de esas emergencias, lo primero que han reactivado ha sido la educación y es lo que permitió que se reactivaran otros sectores.
La educación otorga un sentido de pertenencia, de normalidad, de seguridad, de resiliencia, de capacidad para la resolución de conflictos, de desarrollo de competencias básicas.
Y es que definitivamente la educación es un componente esencial de la respuesta humanitaria. No se pueden anclar el resto de las iniciativas. Está al mismo nivel de los otros derechos. Más rápido la recuperación económica y de los niveles de desarrollo.
Como alerta predice que sin educación aumentarán los niveles de violencia, de pobreza en las sociedades donde no se le privilegie.
La COVID-19 ha traído oportunidades como trabajar desde la equidad e inclusión. Es una prioridad en los planes de respuesta y de inclusión. Oportunidades de aprendizaje a distancia. Rol protagónico de este tipo de educación. No discriminar. Democratizar esas oportunidades.
Tiene que acabarse que se consideren la conectividad y los servicios sanitarios en las escuelas como un privilegio. Son un derecho, puntualizó Custode.
Sugiere que es importante manejar datos de género, edad, de otros componentes pero con la intención de ponerle rostros a esas estadísticas.
Los presupuestos de educación en muchos de los países se han reducido. Los mejores invierten entre un 8 y10 por ciento. Lo ideal es que se destine el l 20 por ciento del presupuesto anual a la educación.
Realza como clave la participación de la comunidad, incluyendo a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en las actividades de planificación y organización de los contenidos y las jornadas académicas.
Pierde recursos
Sussana Urbano, de Save The Children, continuó este este seminario con una cifra que paraba los pelos. Y es que se ha registrado una reducción de 77 mil millones de dólares en los países para financiar la recuperación del sistema educativo.
En Venezuela, la situación es mucho peor porque vive una condición de vulnerabilidad preexistente.
Claudio Osorio, facilitador para la comunidad de habla hispana Red Interagencial de Educación en Emergencia (INEE), prosiguió enfatizando la necesidad de las condiciones sanitarias básicas en las escuelas para retomar el proceso educativo.
«Sectores que tocaron una vez la puerta a la educación para promover campañas como lavado de manos, promoción de derechos humanos… ahora les toca ellos tender una mano a la educación como derecho esencial en este contexto de crisis», acota Osorio.
El Clúster de Educación propone una visión intersectorial que articula la formación docente, atención sicoeducativa, proceso de reinserción de los estudiantes para minimizar el impacto al momento de regresar a la escuela, al liceo, al taller educativo, a la universidad.
Fe y Alegría se reinventa
José Alexis Moreno, de Fe y Alegría Lara, participó por el Movimiento de Educación Popular y Promoción Social.
Narró que desde el inicio de la pandemia, Fe y Alegría se replanteó la dinámica educativa. La premisa era no hacer daño queriendo hacer el bien a través de las 176 escuelas, las 25 emisoras, los institutos universitarios y los centros de capacitación laboral.
El equipo se propuso que los muchachos y sus familias no quedaran desamparados. Crear e inventar las condiciones. Conciliar modos de internet, teléfonos inteligentes y medios de comunicación social, a través de la radio y la televisión.
El seminario cerró poniendo la lupa también en que para que haya un ejercicio real del derecho a la educación de calidad también se debe preservar el derecho a la alimentación.
Por esta razón en el Clúster también participan organizaciones que hacen su mejor esfuerzo para proveer alimentos, aún en pandemia, a miles de niños en todo el país.
En esa línea el exhorto al gobierno es que invierta los recursos y la logística suficientes para que no decaiga el programa alimentario escolar.