Argentina pasa por un periodo de sequía muy intenso, superior a los registrados en la última década, y sus efectos superan más de la mitad del territorio.
Según el Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa), casi el 55 % de la superficie de Argentina está afectada por la falta de lluvia. Este hecho ha causado estrés hídrico en los territorios de afectación, asegura Sissa.
Según el Servicio Meteorológico de Argentina, el invierno 2022 fue un 33,3 % más seco que lo normal y se posicionó como el séptimo más seco desde 1961 y el quinto consecutivo en registrar déficit de lluvias.
Las consecuencias económicas comienzan a sentirse en varios cultivos, pero las miradas apuntan a la soja, la principal exportación del país. Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que en la llamada zona núcleo, la más productiva, hay un 45 % menos de soja.
Por su parte, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima un impacto total de hasta 1,8 % en el producto bruto interno y una pérdida de exportaciones de hasta 14.115 millones de dólares.
La sequía sería un efecto directo del fenómeno La Niña que ha afectada a Argentina tres veces en un mismo año, un hecho que ha ocurrido sólo en tres ocasiones entre 1950 y 2023.
Sequía en Argentina impacta en la economía
Argentina debiera entrar en recesión este año debido a una histórica sequía que ha afectado las exportaciones agrícolas, lo que probablemente generará nuevas trabas al crecimiento como restricciones a la importación y un menor consumo interno, advierte un grupo de expertos.
“Los intentos de medidas contracíclicas no van a poder evitar la recesión en 2023, sino solo administrar su impacto”, escribió en un informe el centro de estudios de política económica y social, CESO.
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