La solidaridad y las tradiciones dicen presente en la frontera de Apure

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Foto. Isaura Ramos

Durante la Semana Santa las comidas y las reuniones familiares son parte de las tradiciones que aún se mantienen. Y a pesar de las dificultades y obstáculos hay familias que se encargan de preservar a flote todas ellas, incluso para poder compartir con los vecinos.

Conversamos con Yamilet Padilla, una de las expertas de las comidas en este época en la población de Guasdualito, capital del municipio José Antonio Páez del estado Apure. Al momento de la conversa estaba preparando buñuelos y majarete.

Nos contó que por lo menos estos dos platos «nunca deben faltar en Semana Santa». A la deliciosa lista le agregó los dulces, la chicha y el chigüire, muy propio de los llanos venezolanos.

Es conciente que hoy en día por la difícil situación del país no es posible que todas las familiares preparen los platos. «Por eso este año quisimos hacer un manjar para salir y repartirlo para llevarle la alegría a los abuelos, a otras personas y recordar los tiempos de antes».

Y esa remembranza para Yamilet le sirvió para explicar, por ejemplo, cómo se preparan los buñuelos llaneros en Semana Santa. «Se hacen con yuca, se pone a sancochar, luego se muele, se amasa con un huevito. Después con el aceite bien caliente los freímos».

El siguiente paso para completar la receta es «después de dejarlos «reposar» se les pone miel y se comen», explicación sencilla que va acompañada de una sonora carcajada de la gastrónoma comunitaria.

Si admitió que en los actuales momentos «es muy difícil conseguir la miel, entonces nosotros preparamos un poquito de melado y lo rendimos con la miel para que le quede el toque».

Para la «experta popular» la idea principal «es compartir con las otras personas que no pueden preparar estos platos y mantener las tradiciones».

Una de las realidades que ha dejado la migración venezolana es la soledad en la que han quedado los adultos mayores. Y en esa zona de la frontera no está la excepción.

Ante esto la cocinera sugiera que «el que pueda, porque tampoco podemos obligar a nadie, compartir con sus vecinos que lo haga. Nosotros lo hacemos porque estamos trabajando unidos un grupo de personas, nos reunimos, colaboramos y entre todos les llevamos, por ejemplo, el majarete que es un platillo que es un poquito más costoso que los buñuelos porque lleva leche, coco, leche condensada, miel y canela».

Aspiraban servir estos manjares a unos 30 abuelos en su comunidad del barrio Morrones de Guasdualito.