En Los Magallanes de Catia, parroquia Sucre del municipio Libertador de Caracas, está una calle que se llama Ucrania. Y aunque las familias que allí residen no están en una guerra similar a la de ese país europeo, sí la pasan mal por la escasez de agua potable.
Según Ana Elisa Salazar, habitante del sector, el agua solo llega una vez a la semana. En su relato a través de Radio Fe y Alegría Noticias reportó que cuando logran agarrar un poquito del líquido lo aprovechan de almacenar para resolver sus necesidades en la casa.
«Aquí el agua llega amarilla y solo dura un día a la semana. El día que llega es cuando se llena, se lava y se hace todo lo demás, porque del resto no podemos hacer más nada», contó la mujer.
Describió que amén del racionamiento del servicio «el agua no tiene ni hora ni fecha y en cualquier momento se va. De repente llega y a la media hora ya no hay agua otra vez».
El ingenio del señor Víctor Hernández lo llevó a utilizar un pedazo de tela como filtro para medio aclarar el poco agua que le llega a su casa de la calle Ucrania.
«En esta oportunidad el agua nos llegó muy mala, muy turbia, pudiéramos decir que el agua llegó muy sucia. Hay que utilizar filtros pero no la podemos usar para el consumo; hay que prevenir alguna enfermedad», contó a Radio Fe Alegría Noticias.
El vecino también alertó que por la escasez de agua «todo el resto de la semana nosotros debemos reciclar el agua. En vez de botarla, la usamos para el baño, para el inodoro, para no usar la que almacenamos en tobos, en potes y hasta en envases de refresco. Es que la podemos utilizar para cocinar, para lavar los utensilios, para la higiene personal».
Contó que con la técnica de la tela «que pongo en el extremo de la manguera el agua se pone marrón y luego se va aclarando».
Hizo un llamado «a las personas necesarias para que arreglen esta situación».
La señora Sonia Camacho pertenece a una de las 50 familias del sector. De forma pintoresca respondió a nuestra consulta sobre el funcionamiento de Hidrocapital.
«El agua llega entre 3:00 y 4:00 de la madrugada. La almacenamos en pipotes, poncheras, tanques para poder sobrevivir en los próximos cuatro días. Ya viene «empanelada», quiere decir que viene morenita el agua. Hay que esperar que se asiente para poderla hervir y deleitarse con un rico ponche», explicó.
Similar situación viven los vecinos de Gramoven, en la misma zona de Los Magallanes de Catia.
Por José Blanco | Radio Fe y Alegría Noticias
