La violencia contra las mujeres acecha en todos los espacios de la sociedad. La violencia vicaria es una de las más crueles y es invisible ante los ojos del mundo.
Holaya Peña, coordinadora de la Comisión de la Mujer de la Universidad de Los Andes, explicó en el programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, que la violencia basada en género incluye tanto a hombres como a mujeres.
Sin embargo, son las mujeres las que a lo largo de la historia sufrieron más formas de violencia por su condición y por los roles que la sociedad asigna a cada uno por los estereotipos.
¿Qué es lo que se espera de las mujeres en la sociedad y qué de espera de los hombres?, se preguntó Peña.
Recordó que a los hombres de forma automática se les asignan tareas de trabajo fuera de la casa y se espera que sean el proveedor de bienes y servicios de una familia. Mientras que a las mujeres se les exige la presencia y el mantenimiento de la familia.
Aunque también tengan trabajos fuera de casa, se espera que igualmente respondan por las tareas de crianza y del hogar “y esto es lo que tiene que ver con los estereotipos”.
Esta práctica cultural es la que condiciona los colores, el largo del cabello, los juegos y las capacidades.
Discriminación y violencia
Para la profesora universitaria, desde la infancia se condicionan los comportamientos que luego se pueden traducir en discriminación y violencia hacia las mujeres.
Un adolescente que crece creyendo que puede tener el dominio sobre las mujeres en el noviazgo, se puede convertir en una persona peligrosa para su pareja.
Por otro lado, una joven a la que no se le habla de sexo y de relaciones en su casa, no va a estar preparada para identificar conductas y situaciones que la ponen en peligro en la calle.
Es necesario educar en valor de forma igualitaria a los jovenes, independientemente del sexo.
En zonas rurales e indígenas, se evidencian prácticas en las que las familias asignan roles respondiendo a estereotipos y esto minimiza la posibilidad de que las mujeres puedan acceder a la educación secundaria o universitaria o que puedan salir a trabajar para tener independencia económica.
Hogares machistas
Muchas mujeres venezolanas sufren violencia de sus parejas y no encuentran redes de apoyo que les permitan escapar con vida.
En algunas familias, las propias madres y abuelas fomentan el machismo y cuestionan a sus hijas y nietas porque necesitan huir de una relación violenta. En muchos casos, las increpan y les piden que no dejen al hombre, que éste va a cambiar, que a la casa materna no pueden volver o que se lo piense mejor, porque sin el hombre no es nadie.
Formas de violencia
La legislación venezolana establece 25 formas de violencia contra las mujeres.
Las más comunes son: la amenaza, la física, la psicológica, la sexual en la pareja, el acoso laboral.
Existen múltiples formas de ejercer violencia contra las mujeres en entornos mediáticos, políticos, familiares o laborales, por ejemplo.
En el caso de las mujeres en cargos públicos, es común especular en el cómo alcanzó el cargo y habitualmente se restan méritos y se asoman razones sexuales.
En cuanto a lo político, siempre se mide a las mujeres por cómo visten y no que dicen o hacen desde sus puestos de poder.
Violencia vicaria
Una de las formas de violencia menos comprendidas es la vicaria. Un fenómeno en el que un miembro de la pareja hace daño a un tercero para afectar a su compañero o compañera.
Lo más común ocurre cuando los hombres hacen daño a los hijos para maltratar a las madres.
Esto pasa con más frecuencia cuando las parejas se separan y el hombre ya no puede ejercer violencia directa contra su pareja.
Aunque la violencia física es la más grave, también se expresa cuando se suspenden pagos de manutención, de tratamientos médicos, cuando se amenaza de forma constante y se causa terror a un miembro de la familia.
Una vida libre de violencia
En Venezuela existen mecanismos estatales para evitar la forma más grave de violencia contra las mujeres, que es el feminicidio, pero pocos instrumentos funcionan de manera eficiente.
La ley establece formas de protección y en muchos casos, las víctimas no los conocen.
Holaya Peña explicó también que el Estado no investiga ni sanciona de forma efectiva a los responsables de causar suicidio en una mujer.
En la página web de ULA Mujeres hay herramientas y datos para comprender mejor el fenómeno de la violencia contra las mujeres.
Escuche la entrevista que ofreció Holaya Peña a la periodista Carlota Rojas:
El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha para visibilizar las distintas formas de violencia y, sobre todo, para intentar erradicar estas prácticas en la sociedad.
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