Las mujeres tomaron las riendas de un conflicto armado que dejaba muertos todos los días en el céntrico barrio de Catuche, en Caracas.

Catuche se compone de cinco sectores: Portillo, La Quinta, Quinder, Bulevar y Puerta de Caracas.

Felix Goidas, representante de la comunidad de Catuche, en el municipio Libertador, recordó y reivindicó el trabajo de las mujeres para propiciar la paz y la reconciliación entre sectores enfrentados.

Durante el programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, relató que las mujeres tomaron la batuta para poner fin a la zozobra que se vivía en los años 80 y que terminó con la vida de muchos jóvenes de la comunidad.

Félix contó que los sectores del barrio se enfrentaban a tiros, a veces sin razón, destacando que tuvo que sacar a sus hijos a otro lugar para evitar que fueran víctimas de la violencia armada.

Las mujeres promotoras de la paz

En algún momento, cansadas de los muertos, las madres de los fallecidos dieron el paso de comenzar a dialogar para encontrar la paz.

Por esos años, una de acciones más importantes era empeñar la palabra, “que tenía un valor importante”, para comprometerse a realizar algunas acciones que bajaran los niveles de amenaza y agresión.

Las madres de los jóvenes de La Quinta y de Portillo, dos de los cinco sectores de Catuche, y que eran los más violento decidieron reunirse.

“Las madres que perdieron a sus hijos fueron las que salieron”, aseguró Goidas. “Fue un proceso largo”.

Primero hablaron entre ellas, antes de conversar con los jóvenes involucrados en las bandas, y en esos encuentros fueron llegando los acuerdos.

Goidas recordó que, según le contó su mamá, “la primera norma que pusieron ellas ahí era que el chisme no se valía en esas reuniones”, porque la mayoría de los conflictos comenzaban por cuentos que viajaban entre sector y sector.

Los llamados chismes eran el detonante de las balaceras, según el testimonio de las víctimas.

En Portillo murieron 30 jóvenes y en La Quinta unos 20, relata este sobreviviente de la violencia urbana.

Félix perdió a cinco hermanos

A finales de los años 80 y principios de los 90, Félix fue una víctima directa de la violencia. En los tiroteos perdió a cinco de sus hermanos: él era el mayor.

Empujado por el miedo, Félix envió sus hijos pequeños a vivir con otra familia fuera de Caracas para salvarlos. “Mientras pasaba esto”, explicó.

Fe y Alegría entre balas

En el caso de Catuche, Félix recuerda que Fe y Alegría jugó un papel importante a la hora de facilitar los encuentros entre las madres.

Doris Barreto, representante de Fe y Alegría en la comunidad, fue indispensable a la hora de mediar y abrir las puertas de la institución como espacio neutral de confianza.

En las reuniones solo participaban las mujeres, los hombres no hacían parte en esta etapa del proceso.

Compromisos para la paz

Después de acordar que no se llevaban chismes a las reuniones, la mujeres acordaron que los muchachos de un sector no podían ir al otro.

Aunque empezaron a respetar los territorios, cuando salían de Catuche -en las calles-, seguían los enfrentamientos.

Y pasaron los años, muchos fueron muriendo, pero otros crecieron con la idea de la paz.

En el año 2007, el Jesuita José Virtuoso, quien había impulsado la propuesta de reconciliación, propició una caminata por Catuche que llamaron una Caminata por la Paz.

Esa caminata recorrió todos los sectores del barrio y terminó con una misa. “A partir de ahí la cosa cambió (…) Hasta el sol de hoy no hubo más violencia”. Ese recorrido lo lideraron todas las madres de las víctimas de la violencia.

Félix reconoce que sin las mujeres la historia hubiese sido otra, que ellas tomaran las riendas del conflicto marcó la diferencia.

Entre otras cosas, porque supieron hablar, desde la sensibilidad y el dolor de las madres que pierden a sus hijos.

La violencia urbana de las dos últimas décadas del siglo XX

Según datos de la Fiscalía, en los sectores populares unas 18 mil personas fueron asesinadas producto de la violencia entre bandas y también por la actuación policial.

En Caracas y en varias ciudades del país, barrios enteros se enfrentaban a diario por diversos motivos y la población vivía con miedo.

Escuche la entrevista que ofreció Felix Goidas al periodista Javier Barrios:

En la historia de Catuche se destaca que el chisme y el sapeo no son buenos consejeros. “No echarle paja a ninguno fue un factor importante”.

No sapear ni echar paja ayudó a encontrar las raíces del conflicto armado y dio paso a la reconciliación.

Al día de hoy, Félix aseguró que hubo perdón. Los que sobrevivieron se pasean de un sector a otro y no pasa nada. Los adolescentes y los jóvenes conocen la historia reciente y saben lo que pasó en su barrio.

Los adultos se encargan relatar los hechos para que no se repita la historia.

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