Líderes latinoamericanos proponen más democracia contra las crisis globales

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Más democracia como antídoto contra las múltiples crisis que aquejan a la humanidad. Ésa fue la receta que propusieron la mayoría de los líderes latinoamericanos que intervinieron este miércoles 21 de septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas.

Los presidentes Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Alberto Fernández (Argentina) y Luis Arce (Bolivia), intervinieron en la sesión junto con Nayib Bukele (El Salvador) y Jair Bolsonaro (Brasil).

Gabriel Boric, que en diciembre pasado se convirtió en el mandatario más joven de la historia chilena, fue uno de los que más énfasis puso en la idea de una América Latina más cohesionada y donde haya «más democracia» para enfrentar los problemas que aquejan a las sociedades, se incentive la participación y se respete a quien piensa distinto.

«Me rebelo contra el abismo que algunos pretenden cavar ante la legítima diversidad de opiniones. Desde Chile declaramos nuestra voluntad de constructores de puntos ante estas brechas que nos impiden encontrarnos como sociedades diversas», señaló este exlíder estudiantil.

Petro y Arce cuestionan las luchas antidrogas

En tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien al igual que Boric se dirigía por primera vez a la Asamblea General de la ONU, pidió acabar con la “irracional” guerra contra las drogas, que según dijo, está destruyendo la selva amazónica y haciéndole un enorme daño a su país.

«Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas. Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad», enfatizó.

Petro también reprobó el empleo del herbicida glifosato para erradicar los cultivos ilícitos en Colombia, una práctica respaldada por Estados Unidos que han empleado habitualmente los Gobiernos de Colombia.

En esta línea crítica con el enfoque clásico de la lucha antidrogas, el presidente de Bolivia, Luis Arce, cuestionó la «unilateralidad» de «algunos países» que incluyen al suyo entre los «principales» productores y traficantes de drogas ilícitas, en alusión a un memorando sobre este problema publicado la semana pasada por la Casa Blanca.

Para Arce, «la guerra contra las drogas, principalmente aquella desatada por Estados Unidos, ha fracasado», por lo que es necesario que la potencia del norte analice un cambio en sus políticas antinarcóticos, ya que, además, es «uno de los principales» consumidores.

Bolsonaro invita a la iglesia de Nicaragua

Como presidente de Brasil, y siguiendo la tradición de la ONU, Jair Bolsonaro fue el primero de los jefes de Estado en intervenir, y lo hizo denunciando la “corrupción sistemática», en un velado ataque al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, su principal competidor en los comicios del próximo 2 de octubre y a quien las encuestas dan por ganador.

El presidente de Brasil, quien es un firme defensor de los valores conservadores asociados al cristianismo, proclamó que su país “abre sus puertas para acoger a los sacerdotes y monjas perseguidos en Nicaragua».

En 2022, la Iglesia católica en el país centroamericano ha sufrido encarcelamientos y retenciones de sacerdotes. Uno de los casos de mayor repercusión internacional ha sido la reciente detención del obispo Rolando Álvarez, un fuerte crítico contra el Gobierno de Daniel Ortega, quien está en prisión desde el pasado 19 de agosto.

Fernández pide el fin del bloqueo a Cuba y Venezuela

En nombre de Argentina, su presidente Alberto Fernández, llamó a «recuperar el imperio de la paz” y en alusión a la guerra en Ucrania proclamó que “es imperioso que cesen todas las hostilidades desatadas”.

El mandatario argentino también pidió el cese de los bloqueos económicos contra Cuba y Venezuela al recordar que las únicas sanciones legítimas son las que impone el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Fernández, que actualmente preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), agradeció la «solidaridad» expresada por «el mundo entero» ante «el intento de magnicidio» sufrido el pasado 1 de septiembre por la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, cuando un hombre gatilló una pistola a corta distancia de quien también fue presidenta del país (2007-2015), aunque la bala no salió.

Bukele: obsoleto, formato de asamblea

En su intervención, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, criticó que el formato de la Asamblea General de las Naciones Unidas está «obsoleto», como ya había proclamado en su intervención en septiembre de 2019, cuando llevaba poco tiempo en el poder.

Aunque no hizo referencia a su anuncio de que buscará en 2024 la reelección inmediata, dijo que su país tiene «el derecho de continuar el camino» de «desarrollo» y remarcó que «la libertad es algo por lo que aún» luchan en El Salvador.

Sin hacer referencia a un país en concreto, Bukele dijo: «los poderosos (…) no pueden venir a mandar a nuestra casa».

Inmigración y recursos naturales, temas destacados

Paraguay, que rompió en enero de 2019 las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Nicolás Maduro, anunció que “estará liderando en el Consejo de Derechos Humanos, junto con otros países, una resolución que permitirá seguir investigando en profundidad la violación de los derechos humanos en Venezuela”.

«Debemos brindar estabilidad al mundo con una voz común, no podemos correr la vista de lo que sucede en otros territorios y dejar a su suerte a naciones hermanas», subrayó el jefe de Estado paraguayo, Mario Abdo Benítez.

En su turno, la mandataria de Honduras, Xiomara Castro, manifestó: «las naciones pobres del mundo ya no soportamos golpes de Estado». Castro se refería así al que sufrió su país el 28 de junio de 2009, cuando su esposo, Manuel Zelaya, estaba en el poder.

La presidenta hondureña sostuvo que su país viene de sufrir “dos fraudes electorales, una pandemia y dos huracanes», y agregó que es imposible entender a sus compatriotas y las grandes caravanas de emigrantes «sin reconocer este contexto de cruel sufrimiento» por el que les ha «tocado atravesar».

Finalmente, el jefe de Estado peruano, Pedro Castillo, afirmó que el Acuerdo de Escazú -un tratado regional sobre participación social e impartición de justicia en temas medioambientales- refleja la conciencia de los pueblos de América Latina con «un instrumento para afirmar» la soberanía «sobre los recursos naturales en la Amazonía».

Esta defensa contrasta con la decisión del Parlamento peruano -que el presidente Castillo no controla- de archivar una resolución ministerial que pedía garantizar la protección de los defensores ambientales a través del Acuerdo de Escazú.

Las intervenciones de los líderes mundiales ante el plenario del 77º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que prosigue este jueves con la intervención de otros, concluirá el próximo lunes 26.

Con información de agencias (EFE)