El sacerdote jesuita Danny Roque es el responsable de la Misión Social de la Compañía de Jesús en Cuba. En exclusiva conversó con Radio Fe y Alegría Noticias este viernes 16 de julio sobre la situación que se vive en estos momentos en ese país.
Un escenario signado por protestas ciudadanas pero que parece traer novedades a diario. En este oportunidad Roque describió que «ya han pasado 3 días de las protestas que tuvimos el día domingo y la situación parece que vuelve a la calma aparentemente«.
Fuera de toda emotividad que pudiera traspasar los límites de la comprensión, pedagógicamente contó que «lo que pasó el domingo (11 de julio) fue que, de manera inusual en nuestro país, alrededor de 20 pueblos y ciudades surgieron protestas antigubernamentales que pedían varias cosas, los gritos principales se enfocaban en libertad, abajo la dictadura», la petición de renuncia del Primer Secretario del Partido Comunista y presidente del país, además de las reformas económicas y sanitarias.
En la crónica el sacerdote puntualizó que «esto comenzó en una pequeña ciudad que está al sudoeste de La Habana llamada San Antonio de Los Baños, allí, alrededor de las once de la mañana, un grupo de personas se reunió para reclamar estos puntos que ya mencionamos, e incluso también estaban reclamando que se les vacunara contra el COVID».
La chispa se encendió en casi toda Cuba. «Esta protesta fue rápidamente transmitida por las redes sociales, principalmente por WhatsApp y Facebook y comenzaron a replicarse a lo largo de todo el país».
La protesta en San Antonio «muy rápidamente fue reprimida y el presidente se dirigió a San Antonio de Los Baños y habló por la televisión nacional argumentando que había dos tipos de «sujetos». Unos que estaban confundidos, «tratando de decir que eran personas revolucionarias pero que estaban confundidas en la raíz de los problemas en Cuba».
Y el otro tipo de personas que había en las manifestaciones, según el presidente Manuel Díaz-Canel, «les llamó mercenarios que eran individuos pagados desde los Estados Unidos, pagados por la CIA, que respondían a un plan de manipulación de la realidad de Cuba para justificar algún tipo de intervención extranjera».
Sobre esto último Roque no dudó en afirmar que se trata de un discurso utilizado por los gobernantes cubanos «a lo largo de los 62 años de que todo aquel que se manifieste o que exprese algún tipo de inconformidad se le acusa de ser manipulado o de ser pagado desde Estados Unidos».
Agregó a esta descripción un aliño atizado por el mandatario cubano. «Desempolvó una frase acuñada por Fidel Castro y es que la calle es de los revolucionarios, principalmente de los comunistas y daba la orden como de combate para que los partidarios del gobierno salieran a enfrentar a todas aquellas personas que se oponían o que estaban expresando su descontento».
En este sentido el jesuita detalló que además del ejército y la policía, que ya estaban conteniendo las manifestaciones ciudadanas, «se sumaron lo que aquí en Cuba se conoce como brigadas de respuesta rápida, que no es otra cosa que personal civil contratado por el Estado, incluso policías y militares vestidos de civil que en vez de utilizar armas, utilizan bates de beisbol, materiales de construcción, palos o cualquier cosa que puede servir como arma para que parezca que es un enfrentamiento entre civiles».
También reveló que debido al control estatal de la mayoría de los medios de comunicación, las restricciones para transmitir de medios independientes, y la interrupción de los servicios de internet en la isla, a ciencia cierta desconocen cuánto es el número de detenidos y personas desaparecidas en este contexto.
Si admitió que «ya ha liberado a algunas personas con medidas cautelares, básicamente consiste en que siguen con procesos penales abiertos». Pero en este punto detalló que algunos de los relatos de los liberados dan cuenta que «las detenciones han sido violentas, yo mismo fui testigo de (cómo) unos policías, no solamente utilizaban gases lacrimógenos para dispersar las manifestaciones, sino que hacían disparos al aire, y las mismas autoridades cubanas reconocieron la muerte de una persona».
Roque testifició, según lo que ha visto en las afueras de algunas estaciones de policía de La Habana, «a mujeres, madres preguntando por sus familiares, sobre todo por sus hijos, al final los jóvenes han sido los mayores protagonistas de estas manifestaciones».
En esos puestos policiales «hemos visto que algunos están desbordados, que no tienen la capacidad de hacer el proceso legal que supone la detención de una persona y parece que eso va lento».