Los venezolanos quieren participar

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Foto: referencial.

“Después de analizar el contexto, decidimos abordar el problema de seguridad de una quebrada que queda en la comunidad, sin puente para pasarla, ese riesgo merecía una campaña desde nuestra escuela. Advertir el peligro, elegir otro camino. Al principio, pocos alumnos se ofrecieron a participar en la campaña con “habladores”, carteles, estrategias creativas, y luego se fueron anotando más”. Así se expresaba una docente del Colegio “Padre Joaquín López” de Fe y Alegría, ubicado en la carretera vieja Caracas – La Guaira, cuando exponía el proyecto de escuela – comunidad.

La anécdota sirve como ejemplo de la posibilidad de éxito que pueden tener invitaciones a participar cuándo se expresa claramente a qué se invita y cuando la acción tiene que ver con intereses de la población a la que se invita, así como la importancia de estrategias creativas, pacíficas. En el caso de la experiencia que mencionamos, el paso riesgoso de esa quebrada, que ya ha cobrado víctimas, no de la escuela, pero sí de vecinos, a las pocas semanas de haber comenzado la campaña, disminuyó considerablemente el número de personas que atravesaban la quebrada, así como se incrementó el número de alumnos que querían participar activamente en la campaña.

Hay que decir que resultados igualmente exitosos fueron presentados en 11 experiencias de relación escuela – comunidad, de centros de Fe y Alegría, el pasado 18 de julio. Las experiencias surgieron después de un análisis de contexto, consultas, mucha escucha a estudiantes, familias, vecinos, o sea, no fue un invento de los equipos directivos. Y se logró participación de los consultados, no hubo respuesta de todos, pero sí de muchos. Se abordaron problemas de salud, ambiente, violencia contra la mujer, contra los niños, recuperación de espacios públicos abandonados por las autoridades responsables… La muestra muy interesante, porque, además, esas experiencias fueron seleccionadas en cada una de las 9 zonas del país en donde se presentaron 91 proyectos de escuelas de Fe y Alegría.

Es verdad que nadie dice sea fácil. Los venezolanos estamos agobiados con tantos problemas. Siete años en medio de una emergencia humanitaria compleja, malos o inexistentes servicios públicos que alteran la cotidianidad, la inflación inmensa que pulveriza los ya bajos salarios de la mayoría y que obliga a muchos a tener varios trabajos, no resulta fácil que, además, se pida que se participen en la solución de problemas, que se nos pida “ciudadanía activa”, pero hay disposición, mucha resiliencia.

Algunos datos de la investigación realizada por la Escuela de Psicología de la UCAB, investigación conocida como PsicoData, nos dice que, si bien el 81% de los encuestados dicen desconfiar de todos, menos de la familia – de las instituciones públicas hace tiempo que se desconfía – también nos da el dato importante que 6 de cada 10 venezolanos está dispuesto a participar en la solución de sus problemas, más en los sectores pobres que en los sectores medio o altos. Ese dato es esperanzador. Pero, además, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, en el primer trimestre del 2023 ha habido 2-814 protestas, ello supone 47% más que en el primer trimestre del 2.022.

También llama la atención la cantidad de ONG que han surgido en los últimos 10 años, y en los últimos 5, que, a pesar de las dificultades, y del riesgo, que abordan problemas diversos: ambientales, derechos humanos, ayudas a víctimas de la violencia, problemas de servicios públicos, por dar algunos ejemplos.

Cuando escribo estas líneas, me dispongo a participar más tarde en la Asamblea de Consejeros del Consejo Consultivo de la ciudad de Barquisimeto, una instancia de la sociedad civil, creada hace 7 años y que promueve la participación ciudadana.

También se han multiplicado las actividades on line de conversatorios, formación de diversa índole. Todo eso es participación.

Sería muy útil que los que se llaman dirigentes políticos estuvieran dispuestos a ver, escuchar…

La participación en la construcción del “bien común”, de paso, ayuda a recuperar confianza en el otro. Hay substrato a pesar de la crisis prolongada. ¡A moverse pues!

Luisa Pernalete es profesora e integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría y de la Red de Convivencia y Ciudadanía. @luisaconpaz

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